Las jornadas Conversos, Hervás en busca de sus raíces se han convertido para los vecinos de esta localidad del Valle del Ambroz en una fiesta más del calendario anual de la población.

Una edición en la que la obra teatral La Conversa de Hervás es interpretada una vez más por actores aficionados de la localidad, aunque en esta décima edición, una comisión organizadora ha preparado un calendario de actividades en el que se ha involucrado todo el pueblo. Con motivo del décimo aniversario de la cita cultural, se vive un ambiente especial en las calles de la localidad. "Conversos está más renovado que nunca y se nota esa sensación en la calle", aseguró ayer el alcalde, Enrique Ribes. Todos los rincones del municipio están impregnados del legado judío. Mayores y pequeños han renovado este año su vestuario y lucen orgullosos sus casacas, velos, vestimentas y kippas .

"Las jornadas se están celebrando fenomenal y estamos orgullosos de tener una fiesta diferente y abierta", dijo Ribes. El exalcalde de Hervás, Juan Ramón Ferreira, fue uno de los grandes impulsores hace una década de esta celebración y felicitó ayer el buen trabajo desarrollado por la comisión. "Queríamos hacer un proyecto dinamizador para animar a que la gente participe y hoy en día hemos conseguido que sea una fiesta que sale directamente del pueblo".

Recorrer las empinadas calles del barrio judío de Hervás es un regreso al pasado. La frescura y el silencio de sus rincones hacen reflexionar al visitante. Pero durante estos días, el bullicio, el comercio y los puestos ambulantes provocan que estas calles vuelvan a recuperar su máximo esplendor. Se puede probar el taco Converso acompañado de un delicioso vaso de sangría y pan de pueblo recién horneado, además de degustar las exquisiteces que las tabernas locales ofertan con motivo de la cita cultural. A la ambientación local no le falta ni un detalle. Las tradiciones más ancestrales llaman la atención a los visitantes más jóvenes y el burro Sandokán se convierte en protagonista trillando un campo improvisado en el barrio judío.

Hervás está estos días al 100% de ocupación y la organización confía en igualar las cifras de las anteriores ediciones. "El año pasado tuvimos sólo en la representación 2.000 personas cada noche, sin contar con el público que disfrutó de la ambientación", valoró Ribes. Un aliciente más, el Ambroz presume de temperatura de montaña que descienden de manera agradable al anochecer.