Hasta que no lleguen las lluvias del próximo invierno "no se puede dar un diagnóstico riguroso" del estado del edificio de la parroquia de Santiago, dijo el arquitecto director del ARI, Manuel Viola, quien sí aclaró que el inmueble "está estable", pese a su deterioro. Esta conclusión se ha obtenido después de que el ayuntamiento colocara unos testigos de yeso en la estructura del edificio y, "hasta ahora no han causado ningún movimiento" aclaró el experto.

Pero habrá que esperar a las lluvias puesto que éstas son más conflictivas y afectan más al terreno. Aún así el arquitecto municipal aseguró que esta situación no es alarmante puesto que la Consejería de Cultura ha solicitado al ayuntamiento que se les comunique la aparición de cualquier grieta, ya que de ser así la Junta actuaría de forma urgente.

Estas investigaciones son consecuencia de la preocupación transmitida por el obispo de la diócesis Coria-Cáceres, Ciriaco Benavente y el párroco de la iglesia, Baltasar Ballesteros, a raíz del estado en el que está el templo.

EXISTE UN INFORME

De hecho, hace dos años el ayuntamiento redactó un informe sobre su estado que fue enviado a la consejería, en el que se describía una serie de problemas que afectaban a la cimentación, la estabilidad de los muros, la aparición de grietas y el mal estado de la bóveda interior y la cubierta.

Este informe hizo que el consejero de Cultura, Francisco Muñoz, durante una visita a Coria, viera el edificio y se comprometiera a hacer un proyecto de rehabilitación. Hablar de costes es precipitado porque "aún se desconoce si es necesario coser o no los muros, algo que haría variar mucho el presupuesto", matizó Viola. Desde 1630 se han realizado algunas actuaciones en el edificio, "aunque han sido pequeñas reparaciones pero no intervenciones profundas", dijo.