Los vecinos de Sierra de Fuentes se vieron sobresaltados ayer por un incendio que se desató en la franja más calurosa del día y que pudo controlarse dos horas después, sin daños personales. Aunque se originó a poca distancia de algunas viviendas, provocando la inquietud de los residentes, las llamas se fueron alejando de las zonas pobladas y poco a poco quedaron totalmente extinguidas "gracias a la labor coordinada de los servicios contraincendios, que han sido bastante eficaces", explicó ayer el alcalde de la localidad, Andrés Guerra.

Precisamente, el responsable municipal fue uno de los primeros en avisar a los bomberos nada más percatarse del inicio del fuego. "Comenzó junto a la nueva urbanización el Pinar y de momento se desconocen las causas. La Guardia Civil lo está investigando", indicó. Eran las cuatro y media de la tarde y algunos vecinos se prestaron de inmediato a colaborar en las tareas de extinción ya que las casas estaban a pocos metros, pero todo quedó en un susto puesto que el incendio tomó la dirección opuesta.

Un amplio dispositivo de dos dotaciones del parque del Sepei cacereño más dos retenes y un helicóptero del Soft se incorporaron a los trabajos y se emplearon a fondo para evitar su propagación. La nube de humo y la proximidad del municipio provocó que los bomberos recibieran numerosas llamadas. El helicóptero pudo llenar su depósito en una charca de la localidad y agilizar de este modo las labores de extinción. Hacia las seis de la tarde el fuego estaba controlado, aunque los bomberos estuvieron trabajando en la zona durante varias horas para evitar que pudiera reavivarse.

CINCO HECTAREAS Según los datos facilitados por el servicio de prensa de la Junta de Extremadura, las llamas arrasaron una superficie de cinco hectáreas, más de la mitad de alcornocal y el resto de olivar, pero sin excesivas consecuencias. "Hasta donde hemos podido ver por el momento, sólo se han quemado algunos pies de olivo. Aun así esperamos que no vuelva a ocurrir nada parecido", declaró el alcalde del municipio una vez controlado el fuego.