A partes iguales, indignación y miedo eran las palabras más repetidas ayer por los vecinos de Arroyo de la Luz ante la crueldad con la que un desconocido se había ensañado en la noche del miércoles con doce cabras de Jaime Sanguino. Indignación porque "solo un canalla puede actuar de una forma así", como afirmaba Antonio Pajares. El, como otros con los que pudo hablar este diario, revelaban su nombre, aunque no querían fotos. Reconocían en todos los casos que tenían miedo, pero en los bares y en los comercios todos hablaban del triste suceso.

"Es una barbaridad que solo puede hacer alguien con mucha sangre fría", señalaba otro vecino, que apuntaba: "la gente piensa en nombres, pero nadie se atreve a señalar a alguien sin pruebas y menos aún ante un caso tan salvaje".

INVESTIGACION ABIERTA Continúa abierta la investigación iniciada por la Guardia Civil en busca de pruebas que puedan llevar hasta el autor de tal atrocidad. El alcalde de la localidad, Santos Jorna, señaló ayer que los servicios jurídicos del ayuntamiento "están apoyando la búsqueda del autor o autores" de esa agresión. El edil afirmó que la policía local y rural también están colaborando en la investigación que mantiene abierta la Guardia Civil. "En el momento en el que haya una investigación judicial abierta este ayuntamiento se personará además como acusación particular", señaló el edil, quien, como el resto de los vecinos del pueblo, solo espera que encuentren al autor de la agresión y "que la justicia le sancione como merezca", señaló.

Mientras tanto, la familia Sanguino intentaba ayer recuperar la normalidad. A lo largo de la jornada, el veterinario de la explotación continuó con los sacrificios de los animales con amputaciones. Los tres cabritos, con fracturas en las patas, podrán recuperarse. En medio de tal masacre, una cabra color ceniza logró escapar. "Creo que la vamos a llamar Superviviente ", señalaba Javier Sanguino, hijo del propietario.