Cuatro localidades de La Vera viven con intensidad religiosa y festiva, en torno a la Virgen de la Inmaculada, la noche del 7 de diciembre, en la que el fuego y los sonidos ancestrales, lo inundan todo. Madrigal enciende Las Luminarias; el casco urbano de Jarandilla arde con Los Escobazos, de Interés Turístico Regional. el alcalde de Jarandilla, Fermín Encabo ha adelantado que esperan la visita de 11.000 personas. Guijo de Santa Bárbara toca Los Campanillos, y Aldeanueva se pasea en La ¡Viva!, ¡Viva!, entre caballos y hogueras, que llenan las calles de lumbre.

De forma paralela los vecinos de Jarandilla hacen acopio en los montes de la zona, de la materia prima --ramas de escobas secas-- con las que elaboran hogueras y escobones que quemarán el 7 de diciembre. El ritual se completa con la cabalgata presidida por el estandarte de la Virgen, las correspondientes canciones y la degustación de licores y viandas.

Aldeanueva en cambio, a las lumbres, caballos, flauta y tamboril, suma una importante muestra de folclore, con la intervención de diferentes grupos; tanto en las calles, como en la plaza de San Antín, donde el ayuntamiento reparte panceta asada entre los asistentes. Además este año ha convocado un concurso de fotografía.