TSte llama Siegfried Hannemann Unger , y se nos fue un día de finales de este mes pasado de noviembre. Y he escrito "se llama" y no "se llamaba", porque Hannemann , como era más conocido popularmente, con extrañeza para muchas personas por su apellido de procedencia alemana, continúa estando entre nosotros, con su vitalidad, sus ideas innovadoras y su simpatía.

Llegó a la comarca verata en el año 1975, procedente de la vecina localidad de Talayuela, donde trabajaba como ingeniero agrónomo por la firma Heros. Al adquirir la fábrica de Reina S.A., a la que denominó Valpo, dentro del término municipal de Jaraíz de la Vera, introdujo la frambuesa, hasta entonces desconocida en la zona. Y desde los 1.000 kilos obtenidos aquel ya lejano año de 1975, en 1980 alcanzó los 80.000, exportando al extranjero el 90 por ciento de la producción. Y poco después lograba que sus productos exportados alcanzaran la cota de 1.500.000 kilos, además de cultivar otros como la fresa, brocolí y espárrago verde. Después dejó su fábrica y continuó con Valpo y su producción de frambuesa, arándanos, grosella, fresa, mora, y cereza deshuesada a pequeña escala, para abastecer al mercado nacional, en su finca de Valparaíso, camino de Pasarón, donde residía, cara a la sierra de Gredos.

He querido dejar esta pincelada de hombre de empresa, un luchador alemán nato, pero enraizado en nuestra comarca, siempre ilusionado con cuanto hacía o proyectaba, pero sobre todo quiero destacar su humanidad, su entusiasmo y la fuerza que ejercía en La Vera, con sus cultivos innovadores y la simpatía a raudales que derrochaba su vida.

Aún me parece verlo aparecer entre las calles de Jaraíz con aquella energía y vigor juvenil a pesar de sus 79 años, comentando la noticia, la anécdota y el chascarrillo, con su semblante complaciente. Con el pésame para La Vera, para Jaraíz y para su familia, descanse en paz su esforzado corazón, que le traicionó un día otoñal de finales del pasado mes.