Permitir que un niño de tan solo 14 años toreara en un festejo taurino, y enfrentarse para ello a los agentes de la Guardia Civil que intentaron impedirlo, le ha supuesto al alcalde de Alcuéscar, Narciso Muñozo Chamorro, ser juzgado y condenado.

El magistrado titular del Juzgado de lo Penal 1 de Cáceres, Rafael Estévez, le ha declarado autor de una falta de ofensas y otra de falta de respeto a agentes de la autoridad, y le ha impuesto por ambas una pena de 30 días de multa con una cuota diaria de 6 euros (180 euros).

Todo ocurrió el 6 de octubre del 2009. Eran las 17.45 horas y en la plaza portátil instalada en el campo de fútbol de la localidad de Alcuéscar acababa de concluir un espectáculo de recortadores, cuando por megafonía se anunciaba que iba a torear Luis Miguel N. M., que entonces tenía 14 años y era alumno de la Escuela de Tauromaquia de Badajoz.

Según se recoge en la sentencia como hechos probados, el menor, que contaba para salir a torear con la debida autorización de su padre, "se entregó a la lidia de una becerra, cuyas astas habían sido manipuladas para restar peligrosidad a su embestida, y que acto seguido iba a quedar en la arena para el general disfrute del público asistente".

Lo hizo, se añade, pese a la "expresa prohibición y oposición" tanto del delegado gubernativo como de los agentes de la Guardia Civil que se encontraban en la plaza. Estos habían avisado también al alcalde, como presidente del festejo, de que un menor no podía torear, pero el alcalde permitió la lidia de la becerra por el menor.

Además, se hace constar en la sentencia judicial, Narciso Muñozo se dirigió a los agentes "en tono airado y hostil, señalándoles que habían venido a saco a estropear la fiesta, que habían sido enviados por alguien que él sabía, que había una mano negra en todo eso, que en las fiestas todo se permitía, que ya llamaría él a quien correspondiese, y que si hacia falta ir en manifestación con todo el pueblo lo haría".

Por estos hechos, el juez declara al alcalde de Alcuéscar autor de las faltas de ofensas y falta de respeto a agentes de la autoridad y le condena a pagar por ambas una multa de 180 euros.

En el caso del padre del menor, al que se acusaba por el Ministerio Fiscal de un delito de abandono de menores, el juez ha decretado su absolución.