El juez de paz de Calzadilla, Anastasio Gutiérrez, ha llevado a los tribunales y al Defensor del Pueblo los problemas con el agua que padecen los vecinos de 12 pueblos de la Mancomunidad de San Marcos, que deben surtirse de manantiales y pozos, ya que al pantano que les abastece desembocan los inodoros de los 652 residentes de Aceituna, según recoge en un amplio reportaje la edición de hoy de la revista Interviú .

El problema se remonta a hace siete años. La Junta dejó de bombear agua del río Alagón y acordó construir un pantano debajo de Aceituna, donde había una balsa en la que se vertían las aguas fecales de este pueblo. El embalse se concluyó en el 98 e incluyó una planta de tratamiento del agua, pero no se recanalizó el vertido fecal, ni se limpió lo suficiente el fondo del nuevo pantano, por lo que aparecieron algas que tiñeron el agua y la impregnaron de un desagradable olor.

A pesar de que la Administración regional puso algunos remedios, los problemas continuaron y la mancomunidad encargó un informe a una empresa que confirmaban que los vertidos hacían proliferar las algas. Aunque volvieron a tomarse medidas, los vecinos, conocedores de su procedencia, ya no querían beber del grifo.

El informe se remitió a la Consejería de Sanidad, que propuso sancionar a los municipios por un problema sanitario, según relata la información de la revista Interviú .

Los vecinos prefieren coger el agua de las fuentes y manantiales, aunque el presidente de la mancomunidad y alcalde socialista de Aceituna, Josafat Clemente, dice que el problema se ha querido usar políticamente y que se solucionó con la toma en profundidad de agua y los nuevos filtros, a lo que se sumará una nueva depuradora.

Pedro Cañada, secretario general de EU, por el contrario, opina que es un problema que nadie arregla y que la Administración no decidirá resolverlo hasta que ocurra una desgracia.