El catedrático de Ordenación del Territorio del Departamento de Geografía de la Universidad de Extremadura ha publicado varios estudios sobre la población, los cambios demográficos y los recursos de la comarca de Las Hurdes. Esta zona del norte de Cáceres celebrará en el mes de diciembre el III Congreso de Hurdanos y Hurdanófilos para analizar el presente y el futuro de la comarca.

--¿Cómo ha sido la evolución demográfica de Las Hurdes?

--Las Hurdes ha sufrido el proceso de una hemorragia emigratoria importante en los últimos años, incluso antes que el resto de la región. El caso hurdano empezó mucho antes, desde principios de siglo, y hay que entenderlo porque es una comarca, desde el punto de vista orográfico, inhóspita. El poco suelo útil y fértil que tienen lo tuvieron que trasladar ellos a lomos de sus caballerías.

La situación de debilidad de la estructura demográfica se ha mantenido hasta principios de los años 90, y a partir de esa etapa hay un periodo de estabilización demográfica.

--Otras comarcas cacereñas también son montañosas y no han sufrido una emigración.

--La diferencia es que hubo un proceso de reforestación forestal importantísimo que supuso una ruptura con su economía ganadera tradicional, basada en la cabra, y se quedaron sin poder alimentar a este animal.

--Las Hurdes tiene alquerías que se han quedado con muy pocos vecinos, ¿por qué?

--Ha habido una despoblación total de esas alquerías porque no tienen servicios y equipamientos para unas necesidades que antes no se consideraban básicas, pero que ahora son elementales. Se produce un desplazamiento a sus núcleos matrices, aunque es un proceso muy débil porque el único municipio que experimenta un ligero crecimiento es Pinofranqueado, que actúa como cabecera comarcal. El resto está en declive demográfico por una situación de agotamiento que ha provocado un fuerte envejecimiento. El 25% de los hurdanos tienen más de 65 años.

--¿Qué perspectivas de futuro tiene la zona?

--Para todo el mundo rural las perspectivas de futuro son delicadas, porque hay una tendencia natural hacia los núcleos urbanos. Habría que reorientar los flujos como en Francia o Bélgica, dónde se están aprovechando las ventajas de vivir en el mundo rural teniendo un núcleo urbano cercano.