Durante casi dos años, el pintor Víctor Galán ha estado viviendo prácticamente en un hospital en Madrid a consecuencia del cáncer que padecía. Una enfermedad a la que ya parece haberle dado la espalda, aunque la mira de reojo con cierto desafío, como diciendo «no te tengo miedo». Esa es la actitud que este cañamerano considera que hay que tener para superar un trance de esta índole. A ello también le ha ayudado en gran manera su afición a la pintura, a la que dedica el 90% de su tiempo ahora que está recuperado, aunque también le ha servido de bálsamo durante la enfermedad, «para tener la cabeza y las manos distraídas». Cada cual tiene su motivación “y para mí la pintura es un salvavidas», asegura, mientras confiesa que en el hospital también le servía de terapia. Paisajes, escenas cotidianas, objetos del día a día o bodegones son algunas de las temáticas que a este vecino de Cañamero le gusta plasmar sobre el lienzo en blanco. Recrearse en la pintura no es lo único que hace en su tiempo libre. Víctor afirma que disfrutar de la contemplación de un paisaje, de un paseo por el pueblo o una charla «con mi gente» son otras de sus ocupaciones. Sus pinturas al óleo pueden verse estos días expuestas en los apartamentos rurales ‘Candela’ en Cañamero.