El pasado sábado 17 de marzo, EL PERIODICO EXTREMADURA publicó que en la localidad de Alcuéscar un limonero produce limones ´garfios´ sin haber sido injertados de otra variedad.

Estos limones salen deformados como consecuencia de las picaduras del ácaro de las maravillas. Se trata de un diminuto ácaro que pertenece a la familia de los Eriophidos al que se denomina ´Aceria sheldonis Ew´. Mide algo más de cien micras y no se le puede ver sin lupa; posee dos pares de patas y carece de ojos. Estos ácaros se reproducen mediante partenogénesis cíclica, es decir, la hembra puede poner huevos fértiles con o sin unión sexual.

Cuando la reproducción es sexual no se produce cópula, los machos depositan su esperma cerca de las hembras, y ellas lo recogen cuando están receptivas, produciéndose así la fecundación sexual.

Este ácaro es cosmopolita, habiéndole en muchos sitios de la provincia, incluida la capital cacereña. Ataca a todos los cítricos, aunque prefiere al limonero por sus mayores yemas y tener capullos gran parte del año. Vive preferentemente en el interior de las yemas y de los capullos, a los que pica y absorbe la savia para alimentarse. Con sus picaduras se deforman los brotes jóvenes, las hojas y preferentemente los frutos.Estas deformaciones de los frutos en ocasiones son muy curiosas, de ahí le viene la denominación de ácaro de las maravillas.

Se le puede combatir durante todo el otoño antes de que los frutos cambien de color, mediante pulverizaciones con aceite mineral. En primavera es recomendable, antes de florecer o en su inicio, realizar pulverizaciones con azufre mojable; si ya está el limonero bien florido es mejor aplicar el azufre en espolvoreo. Siempre se deben utilizar productos autorizados y guardar siempre estrictamente los plazos de seguridad recomendados para cada producto.