Según confirmó en la tarde de ayer la arqueóloga-antropóloga, Laura Muñoz, los restos mortales aparecidos en el cementerio de Cuacos corresponden a Cándido González Romero, natural de Aldeanueva de la Vera, que en la postguerra le fue aplicada la Ley de Fuga por la Guardia Civil, tras ser acusado de facilitar alimentos a una mujer que posteriormente se los pasaba a los maquis. En Aldeanueva se extendió el bulo de que había acogido en su casa a un herido de la guerrilla. González recibió cinco tiros en un monte próximo a Cuacos el día 7 de marzo de 1946.

En concreto, Muñoz desveló que han sido encontrados "los restos óseos de un individuo adulto, de sexo masculino, enterrado en la zona del camposanto donde nos habían indicado los testimonios". Los restos estaban sin conexión anatómica, en posición secundaria, asociados a un cobertor. Además tiene en el fémur izquierdo "una lesión causada por un arma de fuego".

No obstante, señaló que los restos van a ser trasladados al campus de la Uex, en Cáceres, para redactar varios informes.

Por su parte, la hija del fallecido, María del Pilar González, reconoció que ayer fue un día "grande" para ella, ya que de esta manera podrá enterrar a su padre en Cuacos, de una forma digna, con funeral incluido.