Concienciar a agricultores y ganaderos para que abandonen las quemas tradicionales de montes y linderos, "buscando soluciones nuevas que sean viables". Ese es uno de los retos que planteó el consejero de Desarrollo Rural, Francisco Javier López Iniesta, durante su intervención en el acto inaugural de las jornadas sobre quemas controladas que tuvieron lugar ayer en Guijo de Santa Bárbara, organizadas por UPA-UCE en colaboración con la Junta de Extremadura.

López adelantó que tienen previsto realizar alrededor de cuarenta actuaciones, cuyos lugares han sido pactados anteriormente por el Ministerio de Medio Ambiente, la Junta de Extremadura, las organizaciones profesionales agrarias, los ayuntamientos, ganaderos, cazadores, agricultores, ecologistas y personal técnico "con el fin de que haya pastos de primavera".

Por otra parte, el consejero de Desarrollo Rural señaló que "iniciar los incendios incontroladamente causa serios daños en el campo". Como ejemplo puso lo ocurrido en el año 2003 en la Sierra de Tormantos, "donde por querer quemar una hectárea ardieron 1.000".

En cuanto a la importancia de los fuegos denominados de temporada baja, López Iniesta desveló que los que se producen en La Vera y el Valle del Tiétar "representan el 40% del total de incendios, con una superficie equivalente al 60%" de la quemada en toda la región.

Por lo que respecta al próximo año, el consejero adelantó que aumentará el número de quemas controladas "siempre que el ecosistema no se resienta". De momento dijo que se van a llevar a cabo en Guijo de Santa Bárbara y Losar de la Vera.

Por su parte, el secretario general de UPA-UCE Extremadura, Ignacio Huerta, se mostró partidario de "buscar soluciones entre todos". El representante agrario afirmó que se trata de "un problema grave".