La lluvia, los carnavales y la celebración de San Blas en varias localidades del entorno hicieron mella ayer en la celebración de la IX Ruta del Emperador que une Jarandilla con el Real Monasterio de Yuste, pasando por Aldeanueva y Cuacos. Pese a todo este tipo de contratiempos, alrededor de mil quinientas personas, trescientas de ellas llegadas de Cantabria y ciento veinticinco procedentes de Portugal, no se arredraron ante las inclemencias meteorológicas y recorrieron la ruta carolina, según los cálculos efectuados por el presidente de la Mancomunidad de la Vera, Urbano Plaza.

El séquito real, acompañado por los caminantes, partió de Jarandilla pocos minutos después de las 10.00 de la mañana tras haber pronunciado el Emperador unas palabras de despedida. Los senderistas se encontraron nada más abandonar el caso urbano con un camino totalmente encharcado.

Carlos V y sus vasallos hicieron parada en Aldeanueva, para arengar a los vecinos de esta población, concluyendo el turno de intervenciones en el balcón principal del Ayuntamiento de Cuacos. Allí precedieron en el uso de la palabra a su majestad el alcalde anfitrión, Sixto Teno, el presidente de la Mancomunidad de municipios veratos, Urbano Plaza, el alcalde de Laredo, Santos Fernández, y el consejero delegado de la Sociedad de Turismo de Cantabria, dependiente de la Consejería de Cultura de esta comunidad autónoma, Fermín Unzúe, quien señaló que "para nosotros la ruta se ha prolongado" con el recorrido el pasado sábado del tramo comprendido entre Tornavacas y Jarandilla.

Unzúe indicó además que "muy pronto, con el apoyo de las instituciones, y vaya por adelantado el del Gobierno de Cantabria", la ruta discurrirá por los municipios más importantes en población y patrimonio. Previamente había adelantado, en declaraciones a este diario, que la Consejería de Cultura de Cantabria va a proponer a sus homólogas del País Vasco, Castilla y León y Extremadura recorrer en autobús la ruta de Carlos V Laredo-Yuste en seis etapas.

Por último, la caminata de ayer concluyó con un tedeum de acción de gracias rezado por la comunidad de monjes jerónimos de Yuste y degustación de migas en Cuacos. La lluvia obligó a suspender los actos de la tarde.