Nació en Madrid en 1945. Titulación: Estudió Periodismo en la antigua Escuela Dedicación. Colabora en medios: Telemadrid, Punto Radio, Radio Euskadi y El País. Es autora del libro `Maestros de la República, los otros santos, los otros mártires

La periodista María Antonia Iglesias presentó anoche en el cine Avenida de Jaraíz de la Vera el libro Maestros de la República, los otros santos, los otros mártires en un acto de homenaje a los profesionales de la enseñanza de Extremadura que fueron pasados por las armas durante la represión franquista tras finalizar la Guerra Civil. Entre las historias, cuenta la de Severiano Núñez, nacido en Barrado y que ejerció en Jaraíz de la Vera.

--¿Por qué eligió a los maestros de la República para escribir?

--Hay varios motivos, entre ellos, porque me dí cuenta que los maestros de la República era un colectivo muy olvidado, pese a que el trabajo que realizaron durante el poco tiempo que duró la República, fue la obra más redonda y más revolucionaria que se pudo hacer en España antes del golpe de Estado de 1936. Pese a esa labor, que podía haber cambiado este país acercándolo a Europa, se optó precisamente por el asesinato, la marginación y el exilio de los maestros. Por eso creí que era muy justo rescatarlos del olvido y que la gente supiera lo ocurrido.

--¿A qué se debió la represión que sufrieron los maestros?

--Fue una idea perversa, pero muy inteligente. Los falangistas primero, y el régimen después, sabían que acabando con los maestros terminaban con la obra más importante de la República, con la columna vertebral de lo que iba a ser la apuesta de un gobierno hacia los más humildes, las clases populares, que, por no tener, no tenían ni cultura para defenderse.

--Usted que ha estudiado a fondo a los maestros republicanos ¿cómo eran en el aspecto religioso? ¿Había mucho ateo?

--Era un colectivo que mantuvo en pie los valores comunes a todas las ideologías: respeto a la dignidad e, incluso, muchos de ellos eran fervorosos católicos.

--En su libro incluye un maestro natural de Barrado que ejerció en Jaraíz, Severiano Núñez.

¿Qué destacaría de él?

--Para mí es el arquetipo de maestro republicano. Reunía esas condiciones de dignidad y valor ético que definen una vocación sagrada. Don Severiano era maestro desde que se levantaba hasta que se acostaba. Enseñaba a todo el que se le acercaba y, aparte de las calificaciones escolares, siempre daba buenos consejos a los chicos, inculcándoles que el trabajo es honrado.

--¿Tiene previsto seguir trabajando sobre este tema?

--De momento, no. Lo he pasado muy mal, sobre todo, porque he escrito el libro con las tripas y el corazón, lo que ha supuesto una gran experiencia humana. Por ejemplo, he hablado mucho con los alumnos del maestro de Jaraíz y he llorado con ellos.

¿Cómo afectó a las mujeres?

--Le diré que tengo un pequeño proyecto para realizar un documental subvencionado por la Junta de Andalucía porque en esta región, y en Castilla también, se cebaron más con las mujeres maestras, pues la derecha era allí muy machista. La imagen de la mujer maestra, que casi siempre vivía sola, no era el prototipo de ama de casa, lo que para esta gente era un escándalo.