A mediados de los años 80, un grupo de vecinos, junto con asociaciones culturales y centros educativos de Valencia de Alcántara se pusieron manos a la obra y lograron recuperar una de las costumbres populares más atractivas como es la de los Cruces y los Mayos. El resurgir de esta celebración, que justamente se celebra en estos días, ha contado en el tiempo con el apoyo del ayuntamiento que, con el fin de incentivarla, convoca cada año un concurso con tres premios para los Mayos elaborados por adultos y otros tres premios para los que son creados por los más pequeños. No obstante, detrás de esta arraigada tradición hay un nombre propio: Visitación Castaño, una vecina que merece una mención especial por su mérito en conservar esta costumbre, según resalta Juan Carlos Corchero, Gestor Cultural del Ayuntamiento de Valencia de Alcántara y un gran conocedor de los orígenes de esta fiesta.

La tradición del Mayo, señala, está ligada, para algunos, a la fertilidad, a la llegada de la primavera y a la recogida de la cosecha. En ciertos lugares, se situaban alrededor de un árbol monigotes o peleles que simbolizaban el invierno y el mal, y que eran quemados para dejar paso al buen tiempo. Con el paso de los años, estos muñecos pasan de tener un papel secundario a representar el papel principal de la fiesta, recreando escenas agrícolas y de otros oficios.

En la actualidad, los Mayos sirven como medio de expresión, entre la sátira y el buen humor, y critica aspectos sociales y políticos. Según la tradición, los Mayos tienen que tener como base una estructura de escobas y retamas que constituyen el esqueleto, que se completa rellenándolo de harapos, espumas y telas viejas. Las vestimentas de los muñecos son ropas en desuso y en la cabeza se pone estropajo para el pelo y una tela para pintarle ojos, boca y orejas con rotuladores de colores. En cuanto a las manos, éstas se forman con guantes de lana o de goma rellenos de espuma y atados a los brazos que junto con las piernas deben ser maleables para obtener la posición deseada del muñeco.

Respecto a la fiesta de la Cruz de Mayo, está muy arraigada. El elemento básico de esta fiesta es la colocación por las calles de cruces cubiertas de flores, rodeada de objetos y adornos relacionados con la tradición extremeña. Toda una tradición que cada año atrae a numerosos turistas.