El sacerdote Román Robledo cumple 25 años de estancia en Malpartida de Cáceres y 50 de vida sacerdotal. Nació en Zarza de Montánchez hace 74 años. Cursó estudios durante 13 años en los seminarios de Cáceres y Coria y fue ordenado sacerdote en 1956. Desde entonces su vida al servicio de la iglesia transcurrió en las parroquias de Moraleja, Piedras Albas, Estorninos y Villabuenas de Gata. "El pueblo de las tres mentiras ya que no es villa, ni buena, ni de Gata, según el decir de la gente serrana", bromea Robledo.

Más tarde, regresó a su tierra natal, donde desarrolla una gran labor pastoral y social creando una cooperativa de tricotar en Zarza, donde llegaron a trabajar más de 20 jóvenes, además de colaborar con el sector zarceño agrícola-ganadero. Llegó a Malpartida en agosto de 1980 para hacerse cargo de la parroquia, tras la muerte del anterior cura David del Río y de inmediato ejerció un intenso trabajo para mejorar las carencias que tenía la iglesia malpartideña.

En estos 25 años Román Robledo ha sido un hombre prudente y comprometido, ha realizado varias reformas muy necesarias en el templo, entre las que destaca la restauración del retablo e imagen del Nazareno, ermitas, así como la construcción de un centro parroquial, donde ahora varias hermanas prestan servicios religiosos y sociales. "El centro parroquial se gestó en la época del obispo Jesús Domínguez. Hoy es una gran realidad que sirve a la parroquia para la celebración de petitorios, charlas y reuniones religiosas", afirma.

En todo este tiempo las festividades de la iglesia han evolucionado, sobre todo, la Semana Santa, San Isidro y el Día del Señor. Román, también realizó un buen trabajo como directivo y aficionado al fútbol en los años del Malpar ".

Hace algún tiempo, este cura anticipó aquello que ahora es noticia: la pertenencia de Guadalupe. "De cualquier forma que se mire no está bien que el monasterio de Guadalupe, bajo el que se venera la patrona de Extremadura, pertenezca a una diócesis de otra región", asegura.