MEMBRIO. El mes pasado, con motivo de su centenario, Laureano Gil recibió el homenaje de sus vecinos, que lo recuerdan como un amigo de la poesía, pese a que nunca fue a la escuela, siempre dedicado, desde los 13 años, al pastoreo y que nunca ha estado enfermo, salvo hace cuatro años que fue operado de la cadera.