Las quejas del público que acude al mercadillo de Coria van a más. Así lo recoge el balance anual efectuado por la Oficina Municipal de Información al Consumidor, que revela que la venta ambulante ha pasado de no estar en ninguna lista negra, a ocupar el tercer puesto de los sectores con mayor número de reclamaciones recibidas. De hecho, ha desbancado a sectores acostumbrados a recibir quejas como el gas butano, el automóvil nuevo y la vivienda. En el 2004, nueve personas han presentado una reclamación por escrito y otras 55 personas han acudido a la oficina para expresar su queja contra algunos de los vendedores ambulantes.

La mayoría de las protestas de los consumidores se centran en la deficiencia del producto. En muchos casos afectan a prendas de ropa que presentan defectos en la costura. La negativa de algunos vendedores de cambiar el producto al comprador también es la base de muchas de las quejas. "Para que tengan la obligación de cambiar el producto el comprador debe conservar el ticket que antes le ha dado el vendedor", explica el responsable de Consumo en Coria, Antonio Vioque.

Finalmente, los precios se han convertido en los otros protagonistas que aparecen en las quejas de los usuarios. "Algunos consumidores se quejan de que el vendedor ambulante dice un precio u otro dependiendo de la apariencia que tenga esa persona", relata Vioque.

No entregar el ticket al comprador y no poner los precios son las dos asignaturas pendientes de algunos de los más de cien vendedores que acuden todos los jueves a Coria.

Una obligación

El Real Decreto de la Junta de Extremadura del año 1985 exige a todos los comercios a que tengan los precios expuestos en todos sus productos. "El consumidor tiene derecho a saber el precio antes de comprar un producto y los precios deben de estar a la vista del consumidor", afirma Vioque.

Los vendedores consultados ayer por EL PERIODICO EXTREMADURA comentaron que en algunas ocasiones no marcan sus productos con los precios por comodidad y porque como en el caso de las verduras y frutas "los precios suben y bajan cada semana y sería un lío si tuviéramos que estar cambiando los carteles con tantos productos que tenemos", comentó Guadalupe Rubio, una de las vendedoras ambulantes de Montehermoso que cada semana acude a Coria. Los vendedores negaron que fuera obligatorio poner los precios a los artículos que venden, aunque se mostraron predispuestos a hacerlo en caso de que así se les exija.