Eusebio Romo, natural de Villanueva de la Sierra y con residencia en Madrid, ya se ha acostumbrado a batir récords en su vida. Consiguió sobrevivir a un grave infarto que le mantuvo en la UCI durante días, ha sido abuelo de cuatro bebés en menos de medio año, y ha logrado que más de un millar de personas celebren al unísono los alumbramientos y próximo bautizo de sus cuatro nietos. Pero este último y peculiar acontecimiento no se le ocurrió por casualidad. Mientras se recuperaba del infarto, Romo prometió que si la salud le acompañaba para conocer a sus nietos, lo celebraría por todo lo alto, como así ha sido: un millar de invitados, centenares de platos típicos y varias arrobas de vino.

En la cita, que contó con la colaboración fundamental de las asociaciones del pueblo y del ayuntamiento, se dieron cita personas llegadas desde otras localidades de la comarca e incluso desde Plasencia, Cáceres y Badajoz. "Es un gran día de convivencia, esto es maravilloso", comentó un vecino de Pozuelo de Zarzón, mientras disfrutaba del menú servido para la ocasión: migas, sopa de sangre, carne asada, magro, panceta, caldereta, hígado con cebolla, costillas, morcilla, además de litros y litros de vino de pitarra de la propia bodega de Eusebio Romo.

"Ha tirado la casa por la ventana, hemos servido el mejor vino que había y la carne de cinco cerdos", relató Alberto, uno de los cuatro yernos del protagonista de la historia. "La alegría es indescriptible, la gente ha respondido como nunca imaginé a la invitación. Me siento el hombre más grande del mundo", añadió Romo, quien no dejó de recibir felicitaciones por la idea. "Esto es lo mejor que puede pasar en el pueblo", comentaron algunos vecinos de Villanueva.

Ahora, este abuelo sigue pidiendo salud para disfrutar de sus cuatro nietos. En la multitudinaria fiesta, que se celebró en la nave municipal de Villanueva, estuvieron sus hijas, nietos y yernos, a excepción de una de ellas que se encuentra en el hospital debido a un problema de salud que padece una de las nietas de Eusebio. "Esta es la pena que tenemos, que no estemos todos, pero son circunstancias de la vida", explicó el orgulloso abuelo de Silvia, Raúl, Noelia y Rubén.