Dos minutos y diecisiete segundos tardaron los seis toros de la ganadería de Ana Muñoz en recorrer los 930 metros que separan los corrales de la calle Goya con la plaza de toros portátil, en un encierro caracterizado por la rapidez y ausencia de incidentes. Los astados, acompañados de cuatro mansos, abandonaron los chiqueros a la una de la tarde, después de que un chupinazo anunciase la salida de la manada, que se mantuvo compacta durante prácticamente todo el recorrido. Por segundo día consecutivo no se registraron heridos en el festejo, aunque sí hubo una especial vigilancia, por parte de la Guardia Civil en la zona del mercado de abastos ante la posibilidad de que alguien pudiera cortar el paso de las reses durante el encierro matinal.

Ayer Moraleja celebró el día del patrón, San Buenaventura, y los integrantes de la peña Martes 13 fueron los mayordomos del santo. La anécdota la pusieron en la madrugada del jueves algunos vecinos de la localidad que se disfrazaron de vaquilla como protesta por suspender este año su suelta por las calles y trasladar el festejo a la plaza de los toros. En la novillada de promoción, el colombiano Santiago Naranjo fue el triunfador.