Situado entre las localidades de Montehermoso y Coria, el término municipal de Morcillo es prácticamente llano salvo algunas ondulaciones, ya que se sitúa en la depresión del río Alagón que lo delimita por el suroeste.

Estas tierras están atravesadas de norte a sur por el arroyo Grande que ha servido tradicionalmente para su riego. Ahora, el canal del Alagón, que también pasa por el término, permite un mayor aprovechamiento de los campos para el regadío.

Además de las tierras cultivadas, la fotografía de este municipio del valle del Alagón la dibujan árboles como la encina, junto a otras especies de matorral como la jara, aulaga o cantueso.

Su economía es eminentemente agrícola y ganadera, con zonas mayoritariamente de regadío, teniendo mucha menos importancia la ganadería, de la que sobresalen la existencia de cabezas de ganado vacuno y ovino.

EDIFICIO RELIGIOSO

La iglesia parroquial de san Andrés está adosada al cementerio. Es una modesta construcción renacentista con ampliaciones realizadas en el siglo XVIII. Fue levantada en el siglo XVI a base de mampuesto, aunque hoy está encalada. Tiene una planta rectangular con nave de tres tramos y cabecera de testero plano, separado todo ello por arcos de medio punto. El elemento más destacado es la espadaña de ladrillo adosada a los pies, uno de los añadidos que se hizo en el siglo XVIII.

Morcillo se una de las siete localidades que forman parte de la Mancomunidad de aguas de San Marcos, Agrupación de Municipios del Servicio del Agua creada en 1975 con la finalidad de llevar a cabo conjuntamente las obras de abastecimiento, y, en su día, explotación del servicio, conservación y mantenimiento de instalaciones. En principio la crearon cuatro localidades, pero posteriormente se incluyeron otras, entre ellas Morcillo.

Una vez comprobados los beneficios que conllevaba mancomunarse, a los objetivos de compartir la gestión del agua suman otros como el de recogida domiciliaria de basuras y residuos sólidos urbanos o servicios sociales.

Junto a estas ventajas, los vecinos de este pequeño pueblo también disfrutan de los paisajes y recurso del Alagón, donde se asientan, es un valle de contrastes, aguas embalsadas, amplias llanuras aluviales ocupadas por cultivos de regadío, dehesas de encinas y alcornoques, espesos sotos ribereños... todo ello junto a pueblos cargados de historia, artesanía y tradiciones. En esta zona comienza su andadura el río Alagón, que vertebra esta tierra, con el paso ralentizado, retenido por la presa de Valdeobispo. El agua del embalse sirve para regar los cultivos que abarcan la vista.