El ayuntamiento continúa propiciando la realización de mejoras en el interior de la mina Costanaza y su entorno, con el fin de potenciar el atractivo turístico que suponen las citadas instalaciones, que se encontraban abandonadas, según indica el concejal de deportes, Juan Manuel Alberca. Ahora le ha tocado el turno a una cascada interior, que ha sido dotada de bombeo y también depuradora.

La luz ha vuelto a las profundidades de la mina Costanaza. Tras 70 años de oscuridad y de abandono, las citadas instalaciones mineras, que trajeron años de esplendor a este municipio cacereño, reabrieron sus puertas para mostrar al público lo que hasta ahora solo habían visto los picadores y barreneros que extraían fosfatos para la fabricación de abonos en los pasados siglos XIX y XX. Fueron los ingleses los que llegaron a Logrosán en busca del mineral fluorapatito, convirtiendo la mina Costanaza en el pozo más grande de fosfatos de Europa.