Se trata del centro rural más importante de la zona oriental de las Hurdes. Nuñomoral está en pleno corazón del macizo montañoso de la comarca, lindando con el río hurdano. A su cargo están las alquerías de Vegas de Coria, Rubiaco, La Horcajada, La Batuequilla, Aceitunilla, El Asegur, El Cerezal, Martilandrán, Fragosa y El Gasco. La sierra de La Corredera domina el paisaje de esta localidad, desde la que se puede llegar hasta El Gasco por la ruta de la Meancera o bien subiendo el curso del río subir hasta Casares de Hurdes.

Su historia es muy parecida a la del resto de la comarca, que comienza a ser conocida cuando, a finales del siglo XII, el rey leonés dona estas tierras al obispo de Santiago, aunque casi un siglo más tarde el señorío de Granadilla la cede al concejo de La Alberca que la dominó hasta el XVI, siglo en el que se independizan mediante un pago anual que merma el desarrollo de sus vecinos, a lo que hay que unir la imposición de una serie de cláusulas restrictivas que impiden la libertad de movimientos, por lo que podía considerarse como una esclavitud encubierta. En 1835 esta situación termina con la desamortización y la compra de las tierras por parte de los hurdanos, dejando el duque de Alba de ser su señor.

ZONA DE PINARES

Sus tierras ya no están cubiertas por los pastizales que daban cobijo a una extensa cabaña ganadera, sino que más de la mitad del terreno está ocupado por pinos debido a la repoblación forestal. A la hora de hacer referencia al nacimiento de los poblados hurdanos hay que indicar que el mismo se debe al irregular y montañoso paisaje que obligaba a los pastores a construir sus casas allí donde pastaban los animales, de donde nacieron las alquerías, en algunas de ellas, como El Gasco y Martilandran se pueden admirar las originales construcciones pastoriles de trazados irregulares con una sola habitación que daba cobijo toda la familia, por ello Nuñomoral, junto al resto de las Hurdes, se ha descubierto por la singular belleza de estos pequeños asentamientos humanos.

En la localidad, el ayuntamiento y la ermita de Nuestra Señora de la Asunción pueden ser considerados como los edificios más emblemáticos al representar, sin renunciar a su utilidad, la arquitectura típica de Hurdes. En Nuñomoral podemos encontrar a algunos artesanos que realizan pequeñas casitas de piedra y trabajos en hojalata, además de algunos artesanos de la madera. Para el descanso, cuentan con una piscina natural en el río, y se puede disfrutar de magníficos paseos al adentrarse en la naturaleza por veredas y caminos que dan una idea de la riqueza natural de la comarca.