Comprar un jersey peruano, una bufanda boliviana o disfrutar de un masaje chino ha sido posible, sin coger un solo avión, gracias al I Festival Intercultural que ha acogido la localidad de Moraleja.

La actividad, organizada por el programa de inmigrantes, ha contado con la participación de centenares de personas que durante toda la jornada disfrutaron de diversos actos en las zonas de La Chopera, las piscinas municipales y el Colegio Público Cervantes. "Ha sido un éxito, estamos muy satisfechos", explicó Mercedes Cores, trabajadora social del programa. "Pretendemos mejorar el nivel de integración de los extranjeros que residen en Moraleja", añadió Patricia de Juanes, educadora social del plan municipal de acogida.

En la cita no faltaron talleres de músicas del mundo, cocina internacional, dibujos corporales, globoflexia, masajes orientales y artesanía solidaria, entre otros. "Es como dar la vuelta al mundo y conocer otras culturas" , opinaron algunos asistentes mientras degustaban un delicioso plato de migas extremeñas elaborado por los mayores del hogar de Moraleja. Además, tampoco faltaron algunos de los productos más representativos de otras culturas. "Escribo el nombre en árabe, a los niños les gusta mucho", añadió Fajira, una mujer de nacionalidad árabe que desde hace años reside en la localidad.

La artesanía ocupó un lugar relevante en el festival. Las monjas del Corazón de Jesús colocaron un puesto de venta de objetos realizados a mano para recaudar fondos para el desarrollo de proyectos solidarios en áreas desfavorecidas de Africa y América Latina. "Hay productos de Perú, Nicaragua, El Salvador...Lo importante es colaborar un año más con el tercer mundo", afirmó Magdalena Lucero, una de las voluntarias de esta iniciativa solidaria.

Además, la argentina Natalia Benchoam, especialista en la elaboración de vidrieras participó con una muestra de las maravillas que elabora en su taller de Coria. "Tenemos una pequeña exposición de los trabajos que realizamos, aunque también hay otros pequeños detalles elaborados en cristal", puntualizó mientras sonaba de fondo la música de los timbales que tocaban unos jóvenes de raza gitana.

El programa de inmigrantes pretende la integración plena de los aproximadamente 200 extranjeros que residen en Moraleja. En la actividad también se realizaron graffitis por la tolerancia en la zona de las piscinas municipales y en la calle del Colegio Público Cervantes se desarrolló un concierto nocturno en el que actuaron El Marka, Shai y La Ultima Palabra para hacer un llamamiento también a la integración plena de los inmigrantes. El programa de atención al extranjero concluye el 31 de diciembre, pero las responsables de la iniciativa esperan que se retome el plan para seguir mejorando la convivencia entre vecinos de distintas nacionalidades.