Cualquier persona que camine por las calles del pueblo de El Batán, pedanía de Guijo de Galisteo, entrará en un mundo de olés, aplausos y lances taurinos. Entre calle y calle, andará junto a Enrique Ponce, Joselito, Palomo Linares, Antonio Ordoñez, Chamaco y Luis Miguel Dominguín, entre otras figuras del toreo. Y después de un largo paseo entre la elite de los ruedos, el visitante puede detenerse para descansar en uno de los bancos que se encuentran en la plaza dedicada al tan admirado Manolete.

El Batán cuenta sus calles por nombres de matadores de toros. Todas las vías de este pueblo están dedicadas a una figura de la tauromaquia, una idea que, según los vecinos, tiene su origen en el propio bautizo del municipio. "El Batán equivale a un lugar cercado donde se llevaban las vacas, un espacio para el pastoreo. De ahí debió surgir la ocurrencia", comenta Carmen Díaz, una de sus vecinas.

Pero además, el alcalde del pueblo, Leopoldo Sánchez, está dispuesto a utilizar esta peculiaridad para fomentar valores sociales como la igualdad. Así, está decidido a dedicar una calle a la popular extorera Cristina Sánchez, que tendrá el privilegio de ver como su nombre sirve para bautizar una de las avenidas del polígono industrial. "Queremos hacerle un homenaje y esperamos contar con ella cuando inauguremos la nueva calle", comentó el edil, que aseguró que la fecha del acontecimiento aún está por determinar.

Mientras tanto, ya piensan en otorgar al parque municipal el nombre de Jesulín de Ubrique, compañero de faenas del primer torero que visitó El Batán para asistir a la inauguración de su calle, el placentino Juan Mora.