El III Festivalino --el festival más pequeño del mundo--, que desde el viernes y hasta hoy domingo se celebra en Pescueza, dedicó ayer todo el día a rescatar los orígenes de los pueblos, sus tradiciones y costumbres. Para ello, una veintena de puestos de artesanía se instalaron en la plaza, donde el público pudo ver en vivo y en directo el proceso de elaboración de embutidos, productos de la tierra y trajes.

El alcalde, Vicente Granado, calificó el día de ayer como la esencia del festivalino. "El día de hoy --por ayer-- es la esencia de este evento, ya que nace de la misma gente del pueblo que quiere darse a conocer y poner en valor sus costumbres y su potencial", manifestó.

La jornada contó también con talleres y juegos para los más pequeños, y como colofón, las actuaciones musicales de Migueli, Ayahuasca, Nonno y El desván del duende.

DOBLE OBJETIVO El Festivalino también persigue fomentar el cuidado del medio ambiente. Para ello, si en la edición pasada los integrantes de La Oreja de Vang Gogh plantaron 7.000 árboles, hoy domingo los padrinos de la plantación de 40.000 árboles y arbustos sobre un terreno cedido por una vecina, serán Manu Carrasco, María Villalón y el cuarteto Zenttric. "Queremos sensibilizar en el respeto por el medio ambiente y luchar contra ese cambio climático plantando árboles", señaló el alcalde. El público podrá participar también en la plantación con ayuda del personal de la Fundación Más Arboles.