Ayer se cumplió la tercera jornada de peregrinación por los caminos que desde hace siglos conducen a peregrinos, jinetes y caminantes eng eneral al Santuario de la Virgen de Guadalupe. La emoción aumenta por momentos, y el número de agrupaciones de jinetes también. Buena prueba de ello es que pasadas las 11:00 de la mañana de ayer sábado entorno a quince colectivos de caballistas y amazonas seguían el camino Mozárabe, cuyo trazado discurre entre Torreorgaz y la ciudad de Trujillo.

A primeras horas de la tarde la atmósfera amenazaba con llover, mientras los jinetes tratan de paliar como pueden la falta de agua en los arroyos, con el fin de que puedan abrevar los caballos. "La climatología es así, impredecible: El año pasado venían que se desbordaban, y tuvimos problemas para atravesar el río Gibranzos, y en esta ocasión tenemos problemas para dar agua a los caballos", señala el secretario del Honrado Concejo de los Caminos a Guadalupe, Vicente Padilla, que cabalga con su agrupación: La Arroyana, que en la noche del viernes al sábado descansó en Torreorgaz.

El alto en el camino para comer llegó en las inmediaciones del Gibranzos, para rápidamente enfilar el sendero hacia la Ciudad de Pizarro. Anoche Trujillo respiraba ambiente festivo, y hasta Pizarro, pese a estar inerte en la famosa estatua de Charles Rumsey, parecia sentir envidia de los caballos que tras la caminata, se disponían a descansar, junto con sus jinetes. Los arroyanos dejaron las cabalgaduras en las instalaciones del recinto ferial, "amablemente cedidas por el Ayuntamiento" trujillano, reconoce Padilla. La agrupación de Arroyo de la Luz había dejado varios kilómetros más atrás los impresionantes LLanos de Cáceres y Sierra de Fuentes, con grandes poblaciones de aves.

En Trujillo se encontraron jinetes procedentes de los caminos de Navalmoral de la Mata, Monfragüe, Plasencia, Yuste y Trujillo. El final de la etapa de hoy domingo está situado en la localidad de Logrosán, donde por la noche presidirá la denominada Misa del Peregrino el prior del Real Monasterio de Guadalupe, Antonio Arévalo. mientras la villa logrosana se llena de jinetes y peregrinos, que mañana lunes estarán en Guadalupe. FAUSTINO MARTIN