Como marca la tradición, ayer Torrecillas de la Tiesa sacó en procesión a la Virgen de los Remedios, también llamada Virgen de las Tres Menos, por las calles del municipio acompañada por decenas de vecinos, grandes y pequeños, para celebrar la fiesta del Labrador.

Con este acto la localidad recuerda cada año que un 21 de febrero de 1944 los vecinos sacaron también en procesión a la patrona por los campos de la población para pedir a la Virgen de los Remedios que lloviese, debido a que en aquella época había una gran sequía. La tradición popular cuenta que era un día frío y raso, no amenazaba lluvia. Al día siguiente, un 22 de febrero de hace 61 años, nevó "como nunca se ha visto en el pueblo", comentó una vecina. Esto hizo que fuese un gran año de cosecha, cosa que era poco previsible.

Este año el recorrido de la procesión ha sido distinto al de año anteriores. Según una torrecillana "cuando lleva tiempo sin llover, se hace un recorrido más largo, por los límites de la población". Por tanto, según dijo, los más jóvenes es la primera vez que lo hacen, ya que "hacía mucho tiempo que no que llovía tan poco".

Con humildad te pedimos, todos los torrecillanos, mándanos Señora el agua, que se secan los sembrados. Está triste y agobiado el infeliz labrador. Esta es una de las estrofas que cantaron las decenas de personas que estuvieron ayer presentes en la procesión. Hubo representantes de prácticamente todos los sectores de la sociedad torrecillana, políticos, presidentes de asociaciones y del mundo empresarial, entre otros muchos.

Después de la procesión que tuvo lugar a las doce de la mañana y de subastar los banzos para entrar a la Virgen en la iglesia, se celebró una multitudinaria misa. Esta fiesta local del Labrador continuó por la tarde con una verbena amenizada por el dúo torrecillano Enrique y Juan.