El proyecto de mediación de conflictos que se lleva a cabo en el IES Turgalium de Trujillo da sus primeros frutos. Desde el curso pasado, profesores y alumnos se están formando en mediación y resolución de conflictos, a iniciativa del equipo directivo del centro. Actualmente, están implicados directamente una quincena de profesores y otros tantos alumnos de 4º de ESO, 1º de Bachillerato y ciclos formativos, así como otros tantos de 1º y 2º de ESO que actúan como alumnos ayudantes en fase de formación. En este momento, tres casos son los que se encuentran en proceso de resolución, según la Jefa de Estudios, Mamen Sánchez Aponte, quien explica que dos de estos enfrentamientos son individuales, «aunque en uno de ellos se ha llegado ya a acuerdo y está en fase de seguimiento, y el otro se encuentra aún en proceso de solución».

En estos casos, los encargados de actuar como mediadores son siempre un alumno que no comparta clase o relación de estrecha amistad con los implicados y un profesor que no les imparta clase. Sin embargo, el gran reto se ha planteado cuando la problemática ha surgido entre dos grupos de 3º de ESO. «Aquí es más complicado actuar porque estamos hablando de muchas personas implicadas», reconoce Sánchez Aponte. En este caso son dos alumnos por grupo quienes ejercen la mediación, con la presencia de tutores. La actuación ha comenzado con una pre mediación para conocer cuál es el conflicto que les enfrenta y la manera de abordarlo. A partir de ahí, cada grupo elegirá a sus representantes para que hablen en nombre de cada clase «y expliquen qué quieren conseguir, cómo creen que se podría solucionar y las necesidades para resolverlo». Esta docente aclara que no todos los conflictos son mediables, ya que si en los mismos hay algún tipo de agresión o alguna actuación sancionable hay que tratarlo por otras vías. Sin embargo, en este centro están convencidos de los beneficios del proyecto, ya que ayuda a que haya un mejor clima «y sobre todo puede facilitar la resolución de problemas en los que no puede haber un acercamiento de posturas porque las partes no se hablan».

Por ello, la formación de los mediadores es esencial, ya que deben dominar las herramientas y técnicas propias de la mediación, y las habilidades relacionales y comunicativas específicas para ejercer con seguridad y profesionalidad la labor. En dos ocasiones, profesores y alumnos han mantenido encuentros fuera del centro para trabajar en este sentido. El primero tuvo lugar en Búbal (Huesca), dentro del Programa de Recuperación y Utilización Educativa de Pueblos Abandonados.

Además de colaborar con esta tarea, aprovecharon para rodar un cortometraje de mediación escolar donde se muestra la simulación de un conflicto que es mediado. Además, recientemente, un grupo de alumnos y profesores han estado en un albergue en Valencia de Alcántara trabajando y profundizando para mejorar el proyecto. Iniciativas que buscan que la convivencia en este centro, que cuenta con cerca de 300 alumnos, se desarrolle en un clima de armonía y libre de conflictos.