Con el final de un año y el comienzo de otro son muchos los proyectos que se ponen en marcha y otros tantos los que llegan a su fin. Esto último le ha ocurrido a la Asociación Protectora de Animales de Trujillo, que echa el cierre a la labor desempeñada durante los últimos años, y disuelve la entidad encargada de acoger a animales abandonados, principalmente perros. Según Almudena Retamosa, presidenta de la protectora, la situación siempre ha sido delicada "porque hay muchas deudas, pero hemos ido tirando, funcionando con dificultades, pero logrando el objetivo de salvar animales". Sin embargo, la situación ya ha llegado a un límite, asegura, porque además de la falta de recursos, en los últimos meses se han quedado sin voluntarios. De contar en verano con cinco personas para atender a doce perros, han pasado a estar solo dos, y acoger a veinte animales. Se trata de una labor que, aunque es gratificante, "acaba quemando mucho, y lo que era un voluntariado se ha convertido en una obligación". Actualmente, los animales están en unas instalaciones alquiladas, donde la capacidad máxima establecida es para diez perros. El problema es que los canes no han dejado de llegar, dejándolos atados a la reja de entrada o tirándolos por encima de la valla, "y no damos abasto", afirma. La decisión parece firme ya que, como cuenta Almudena, "es una situación de urgencia y no queremos permitir que aumente el número de perros, la deuda con los veterinarios, etc., por lo que preferimos prevenir que lamentar". Y es que una de las cosas que les ha impulsado a cerrar es precisamente que no lleguen más perros, "porque se generan peleas, se atacan, no están bien, y encima no tenemos ayuda pública, ya que el ayuntamiento lleva un año prometiendo un convenio que no llega".

CENTRO CANINO Desde hace unos meses Trujillo cuenta con un centro canino municipal que está prácticamente finalizado, y consta de 14 cheniles y salas de almacenamiento y de curas. Sobre este asunto, el alcalde de Trujillo, Alberto Casero, ha señalado que van a tratar de que la protectora continúe con la labor que venía desempeñando, y que en caso de no lograrlo el ayuntamiento asumirá la tarea "aunque nos gustaría que siguieran siendo ellos". Ambas partes han mantenido ya algún contacto, pero hay pendiente una reunión formal para solucionar el tema. Casero asegura que en el presupuesto de 2016 hay prevista una partida destinada al convenio que está por firmar con la asociación. De momento, la labor de ésta se centra en reubicar a los perros que quedan antes de echar el cierre.