El trasiego galopante de la vida urbana. La estructura agobiante de una gran urbe, hecha para la prisa, para el ruido que nos aísla, para el egoísmo que nos enfrenta, para el dinero que nos esclaviza y nos divide, para toda esa amalgama apabullante de normas sociales o antisociales de que esta hecha la sociedad moderna; nos hace cada vez mas impermeables al entorno. Cada cual va a lo suyo, con prisa, indiferente a todo lo que pasa a su alrededor. Nunca se esta tan solo como cuando formamos parte de la multitud. La actual estructura social, en una gran ciudad, tiende a individualizarnos, yo diría que esta formada por una tendencia antisocial.

Con todo este oscuro panorama urbano, se hace necesaria mas que nunca una percepción profunda y amplia de la vida rural. En el pueblo, el corazón se amplía hacia los demás, nos preocupamos por los demás y encontramos cada mañana, a parte de ese olor a pan tierno recién hecho, miradas, saludos, palabras que nos ayudan y nos invitan a compartir la vida. El pueblo es la familia, defendemos las mismas ilusiones y los mismos proyectos, las manos, los brazos, la ideas se unen cada día en un marco de ilusión para trabajar juntos en una misma tarea colectiva. Por eso es necesario, más que nunca, revitalizar la vida rural, promover y sostener los valores humanos, sociales, naturales que la vida rural posee. Cultivar ideas que hagan posible alicientes económicos, turísticos, culturales, que permitan ofrecer medios de vida en el ámbito rural.

Todo ello debemos hacerlo sin desdibujar los valores de la convivencia y de la existencia rural. Al igual que consideramos que es necesario y compatible el avance económico con el mantenimiento del entorno natural, también es necesario y posible avanzar en las zonas rurales,a través del mundo empresarial, turístico, comercial,y económico en todos los sentido, conservando sus virtudes y sus raíces peculiares, para que podamos seguir disfrutando de un oasis de vida y valores humanos en medio de este desierto de la prisa, del egoísmo y de la indiferencia.