Al ritmo del sonido de tambores, panderetas, castañuelas, botellas de anís y almirez, entre otros utensilios, cientos de vecinos de Albalá ataviados con trajes tradicionales han celebrado desde el día 25 hasta ayer la fiesta de Las Tablas, festejo que procede del siglo XVII y en la que el protagonismo está reservado a los jóvenes que entran en las quintas.

Como manda la tradición, estos tres días, después de la misa de media mañana, se han sacado en procesión dos tablas , que son tableros adornados con flores donde se llevan fruta y dulces. Los dos primeros días fueron portadas por los quintos y quintas, vestidos con pantalón negro, camisa blanca, fajín rojo, chaleco y un pañuelo bordado a mano. Sin embargo, ayer fueron "los casados quienes hicieron bailar estas tablas por las calles del pueblo", afirmó el vecino Andrés Bote, autor del libro Albalá, la estela del siglo XX . En esta obra se explica el origen de la fiesta, "que simboliza la alegría por haber nacido el Niño Dios".

En todas las procesiones, junto con la música, el baile y los cantos tradicionales, no ha faltado el vino, ofrecido por los jóvenes quintos o sus familiares a cambio de un donativo.

La antesala

Según explicaron algunos de los 25 quintos y quintas que protagonizan este año la fiesta, los preparativos de esta tradición comenzaron en el verano, buscando la leña suficiente para que el día de Nochebuena se pudiera hacer una hoguera, en la que se han quemado 16 encinas. Además, "el día 24 recorrimos las calles para coger la leña que han dejado los vecinos en las puertas de las casas. Luego, a media tarde, cuando ya ha anochecido, se hace una hoguera. Una vez encendida con las retamas recogidas y con las encinas, bailamos alrededor, junto con todo el pueblo, explicó el capitán de los quintos, Carlos, el chico de mayor edad del grupo y el responsable de la organización de la fiesta. Este papel ha sido compartido con una chica, Agustina, la mayor de todos los quintos, "pero la tradición manda que el responsable sea un hombre", indicó la joven.

El capitán del grupo explicó que la fiesta terminó ayer después de degustar algunos manjares en cada una de las casas de los compañeros.