Hoy toma la alternativa en su ciudad natal. El novillero extremeño Rafael Cerro, al que apodera José Ortega Cano, espera con "mucha ilusión" una faena en la que tiene pensado no dejarse "ganar la pelea por nadie". El diestro de Navalmoral de la Mata confiesa que este es el punto de partida de su sueño. "Tomar la alternativa con mi gente con un cartel tan bonito como el que se ha cerrado es lo que uno siempre sueña cuando empieza en esto".

Cerro recibirá el doctorado de manos del francés Sebastián Castella y en presencia de Miguel Angel Perera, dos toreros a los que admira "mucho", aunque cuando se encuentren en el ruedo "cada uno irá a lo suyo, a darlo todo, y a llevarse la tarde, que es de lo que se trata", reconoció.

Prueba de la mentalización y de la preparación que está llevando a cabo es que, a día de hoy, aún no ha iniciado la temporada, por lo que su despedida como novillero tuvo lugar el 12 de octubre en la localidad granadina de La Peza.

"Es el día clave y todo tiene que salir como lo he soñado. Llevo todo el invierno preparándome para dar el salto de escalafón. Sé que soy capaz y estoy preparado para ello. Ahora, que salga ya el primer toro del domingo y, a partir de ahí, a empezar a luchar", aseguró Cerro.

De raza

Torero de raza, valor y capacidad, Cerro posee también notables dotes artísticas que le han posibilitado caer de pie, como se dice en la jerga, en plazas de tanta responsabilidad y exigencia como Madrid y Sevilla, las que más le han marcado en su carrera como novillero.

"Está claro que son los dos sitios donde más me he curtido, todo un privilegio, pues no muchos novilleros pueden decir que han toreado tanto en Sevilla y Madrid; las plazas donde mejor me han podido ver, dos marcos inigualables para jugarse la vida", apostilló.

Ocho paseíllos en las Ventas en tres años, siete en La Maestranza avalan una carrera meteórica como novillero, en la que también ha saboreado las mieles del triunfo en otras plazas de postín como Valencia, Barcelona o Avila, sitios a los que espera volver ahora como matador para "rematar lo que me dejé a medias".

Porque Cerro, más allá de la proyección, del oficio, la capacidad y la suficiencia demostrada, nunca ha salido a hombros en ninguna de estos sitios de responsabilidad, mas la huella que siempre ha dejado le ha servido para que la afición le siga esperando con mucha expectación.

"Me ha faltado esa pizca de suerte en momentos claves. Un par de tardes en Madrid he acariciado la gloria, que después me quitó la espada; pero son cosas que pasan, inexperiencia también, ahora estoy mucho más preparado y sé que si vuelvo a tener esas oportunidades no las voy a desaprovechar", aseguró.

Hombre fundamental para él en este proceso de formación ha sido su apoderado, José Ortega Cano, con quien mantiene un vínculo afectivo "muy especial" y al que le agradece "todo" lo que es hoy en día.

"El maestro ha sido siempre una gran ayuda, he aprendido mucho de él entrenando y hablando de todo. Actualmente no está pasando por buen momento, y eso fastidia porque es un en mí va dedicada mi alternativa", concluyó.