La actual sede del Ayuntamiento de Cabezuela del Valle, donde se encontraba el antiguo grupo escolar, acoge el Museo de la Escuela de la Villa de Cabezuela, un lugar para recuperar la memoria de cómo eran las antiguas instituciones de enseñanza. El centro cuenta con aportaciones y exposiciones que contribuyen a que las nuevas generaciones conozcan vivencias, situaciones e instalaciones de épocas pasadas, no tan lejanas en el tiempo, y se acerquen a lo que un día vivieron nuestros antepasados más cercanos, como padres y abuelos.

En estos momentos y gracias al trabajo y la generosidad del docente cabezueleño Bienvenido Martín, promotor, organizador y facilitador de este proyecto, en el museo se está llevando a cabo una recreación fidedigna de lo que fue una auténtica escuela de la postguerra nacionalcatólica.

Las personas que acudan a esta muestra hallarán mobiliario de la época, como pupitres y máquinas de coser; materiales escolares de aquellas décadas, como pizarras, escuadras, cartabones, mapas y un microscopio; así como fotografías de grupos de alumnos y una serie indeterminada de documentos ‘ad hoc’. El museo es fiel reflejo de la escuela de aquellos años que tan bien recrea la obra de Andrés Sopeña, El Florido Pensil.