Producto de la emigración iniciada en los años 60, las viejas casas del núcleo urbano de Malpartida de Cáceres quedaron deshabitadas. Estas viviendas del casco antiguo malpartideño están recuperando su encanto tradicional debido a las rehabilitaciones, algunas llevadas a cabo por los dueños que han decidido regresar al pueblo y otras por nuevos propietarios. Las ayudas de protección para estas obras demuestran la viabilidad de los proyectos, que hacen posible contemplar en las calles el trabajo de las constructoras.

El nuevo Malpartida comenzó a gestarse en los años 80, cuando el primer ayuntamiento democrático del 79 cedió terrenos a una cooperativa en la zona de La Cañada para construir 124 viviendas unifamiliares. Después, corporaciones posteriores siguieron la misma senda habilitando terrenos públicos y privados para poblar de viviendas las zonas de Narbón, Cañada, Nora, Almirez, Conejar, Brocense o Muñoz Torrero.

El consistorio sigue buscando suelo privado para aumentar el parque de viviendas, puesto que el público está practicamente ocupado y realiza gestiones con propietarios para afrontar proyectos mediante la figura del Agente Urbanizador que contempla la Ley del Suelo de Extremadura.