Fue llamada San Martín de los Vinos, la localidad es Conjunto de Interés Histórico Artístico, cuenta con un entramado de calles largas y estrechas por las que siempre corre agua canalizada, las regateras . Es uno de los tres pueblos del Valle de Jálama donde se mantiene el particular habla de A Fala .

Esta lengua materna es, según ponen de manifiesto recientes estudios filológicos e histórico- geográficos sobre ella, una rama del dialecto galaico-portugués.

En San Martín de Trevejo se pueden observar las viviendas de tres alturas que muestran la arquitectura popular: la planta baja o bodega, la intermedia para vivienda y en la parte de arriba, el almacén o secadero; casas realizadas con entramados y adobe en los pisos superiores, con dos puertas, una ancha que da a la cuadra y otra más estrecha que sube a los pisos altos.

Si se tiene algún amigo en el pueblo es fácil conocer las llamadas boigas o pichorras que no son más que bodegas particulares para degustar un buen vino, como tradicionalmente ocurrre en todos los pueblos de la Sierra.

De su peculiar y tradicional arquitectura hay que fijarse en la plaza Mayor, cuadrangular, irregular, está porticada en dos de sus frentes y en su centro hay una fuente circular con pivote central y letrero que alude a la fecha en que se construyó: 1888. Curioso es uno de los soportales, el del ayuntamiento. Sobresale la vivienda llamada palacio de Ojesto, en el que se conserva una importante colección arqueológica. El edificio es del siglo XVIII y posee una fachada de sillería. En la biblioteca de la casa se guardan libros de ediciones muy antiguas, aunque hay otros palacios como el de La Encomienda o el de Santos Ajero, que conviven junto a las casas.

IGLESIAS Y CONVENTOS

El convento franciscano de San Miguel, fue fundado en 1452 sobre una antigua ermita dedicada a San Miguel Arcángel. Se dice que fue el propio San Francisco de Asís el que dispuso el levantamiento del convento. La Torre Campanario del siglo XVI está alejada de la iglesia, en un ángulo de la plaza Mayor. En ella se aprecia un escudo de Carlos V y una inscripción incompleta. La iglesia de San Martín de Tours del siglo XVII, cobija al patrono del pueblo, San Martín. En su interior, además, cuelgan en el presbiterio las tablas del pintor Luis de Morales y un retablo mayor que se enmarca en el siglo XVIII.

De sus ermitas destacan la Cruz Bendita, con un retablo del XVIII, la ermita de San Pedro que cobija efigies del siglo XVIII como la del Nazareno y la de San Antonio de Padua, la ermita del cementerio que acoge al Cristo del Consuelo y en la cima del Jálama las ruinas de la ermita San Blas.