Leopoldo Sánchez Barquero, del PP, fue nombrado ayer alcalde de Guijo de Galisteo y sus pedanías Valrío y El Batán, después de que los partidos que hasta ahora han estado en la oposición --PP, Coalición Extremeña y el Grupo Independiente-- presentaran una moción de censura en contra el que desde hace dos años era alcalde de la localidad, el socialista Javier Antón. El cambio de gobierno se materializó en un pleno extraordinario y automático celebrado ayer en el salón de plenos municipal con la presencia de numerosos vecinos, también enfrentados por apoyar a partes diferentes. El voto a favor del concejal del PP de los tres de Coalición Extremeña, Bienvenido Garrido, Victoria Rodríguez, José Antonio Carrasco, y el de la independiente Pilar Pulido, superaron a los cuatro votos en contra de la moción de los ediles socialistas.

MOTIVOS Los grupos hasta ayer en la oposición presentaron la moción de censura argumentando la pérdida de confianza de la corporación en el alcalde y el equipo de gobierno, motivada por el continuo incumplimiento de los compromisos de defensa de los intereses de Guijo.

Otro motivo que recogía la moción es la "progresiva actitud pasiva e inactiva del alcalde y del equipo de gobierno en pro del desarrollo local, así como en la falta de compromiso perjudicando a la ciudadanía de los tres núcleos urbanos y la mala gestión y falta transparencia". La oposición también ha acusado al alcalde de "amiguismo y clientelismo en las contrataciones".

Durante el pleno, el nuevo alcalde de Guijo, Leopoldo Sánchez, dijo que la decisión tomada "ha sido muy madurada y provocada por el continuo incumplimiento de acuerdos y el abandono de esta institución lo que ha desembocado en un gobierno con una estupenda fachada, pero que tiene la casa derrumbándose por dentro". Sánchez arremetió contra el exalcalde, a quien acusó de crear "una paralización administrativa que ha llevado a algunos vecinos a perder algún tipo de subvención y eso no puede continuar así".

Antón, por su parte, se defendió y dijo que lo sucedido "es la crónica de una muerte anunciada, porque la moción no es por nada que se haya dejado de hacer, sino que ya se programó quince días después de la toma de investidura". El socialista negó la falta de diálogo y señaló que hubo concejales de la oposición que rechazaron dirigir concejalías importantes.

La moción de censura ha originado distintas reacciones desde el PSOE y el PP provinciales. El secretario provincial del PSOE de Cáceres, Juan Ramón Ferreira, tildó de "sinvergonzonería y canibalismo político al PP, que siendo la lista menos votada, con tan sólo un edil, ha arrebatado la alcaldía". El PP, por su parte, afirmó que la moción de censura "es un acto de absoluta normalidad democrática recogida en la legislación y que se produce en un municipio donde el partido que gobierna, el PSOE, no lo hace con mayoría absoluta".