La impresión 3D está adquiriendo cada vez más relevancia en nuestras vidas estando muy presente a nuestro alrededor. En Trujillo, hace un tiempo que varias personas se lanzaron a probar esta tecnología con buenos resultados, y que ahora les sirve para promocionar la ciudad. Una de ellas es Manuel Díaz Solís, que a sus 27 años lleva dos dedicado a la realización de todo tipo de piezas esculpidas en plástico por una impresora, bajo el nombre de 3Dioramas. Su último diseño son unos platos con soporte para porciones de queso, botellín de cerveza o vaso de vino, «especialmente útiles para usar durante la Feria Nacional del Queso», y que llevan el nombre del certamen. Con esta creación cree que, además de facilitarles las degustaciones a los visitantes de la feria, les servirá para llevarse un recuerdo de la ciudad a casa, explica. Ya están a la venta al precio de 3 euros.

Pero no es lo único que este emprendedor está haciendo para promocionar su ciudad, ya que en algunas tiendas de souvenir pueden adquirirse pequeñas réplicas del castillo o de la estatua de Francisco Pizarro «que están teniendo muy buena aceptación entre los turistas». Trabaja bajo demanda y está dispuesto a crear todo aquello que se le encargue, apunta. De fuera de la ciudad ha hecho maquetas del teatro romano de Mérida o la torre de Bujaco de Cáceres.

PATRIMONIO/ Sin embargo, otro de las vertientes de la maquetería que desarrolla Manuel Díaz es la enfocada a la reconstrucción del patrimonio «olvidado que hay por la zona y que no es de fácil acceso al turista». En este caso, se trata de realizar réplicas de monumentos casi derruidos, como la iglesia de Santa Ana, «para que los turistas puedan saber cómo era la iglesia original, ya que ahora no es visitable». El objetivo es que las administraciones públicas pudieran adquirirlas y exponerlas en museos para, asegura Manuel.

Una tercera vía de comercialización es la del «mundo friki» que consiste en centrarse en maquetas de películas, series y personajes famosos, «ya que este mundo tira mucho», aprovechando el paso de Juego de Tronos por la región. De hecho, ya tiene hecha alguna maqueta del castillo de Trujillo con presencia de elementos de la serie, como el emblema de la casa Lannister. Pero su mente creativa no se paran ahí, y tiene en proyecto crear maquetas de juguetes de hechos históricos reales, dirigidas a niños y que se pueda adquirir en jugueterías. Como ejemplo menciona las carabelas de Cristóbal Colón, «con las que los pequeños podrían aprender a la vez que divertirse».

Las posibilidades que ofrecen las impresoras 3D son infinitas «tantas como la mente del ser humano pueda idear», afirma. Aunque Manuel ahora solo dispone de dos impresoras «más o menos sencillas», le gustaría ir ampliando su empresa «y llegar a hacer cualquier cosa que el público demande». En países asiáticos ya han conseguido hacer un coche, una casa y hasta un edificio de varias plantas con impresoras 3D», relata. Aunque este joven ya se dedica por entero a este mundo, le gustaría contar con sus propias instalaciones y adquirir nuevo material.Por ahora,su centro de operaciones está en el Centro i-Novo de Trujillo, «que tanto me ha ayudado a poner en marcha este proyecto», y vende a través de su página de Facebook o Twitter.