Anastasio Marcos Bravo, el Tío Picho , es de esas personas que deberían haber vivido toda la vida según dicen los que le conocieron. Un hombre que dio su vida por los suyos, que son muchos, y por todos los que en un determinado momento le pidieron ayuda. Un hombre que dio su vida por Las Hurdes y por los hurdanos. Esa faceta de su existencia ha provocado que más de cien personas participasen este domingo en un homenaje que la Asociación Cultural El Enebro organizó en Las Mestas para rendir tributo a la figura de Tío Picho .

El programa de actividades que contó con la colaboración de Adic-hurdes, la mancomunidad de municipios y la Hospedería Hurdes Reales. El acto contó con la presencia de autoridades locales, como el alcalde de Ladrillar, Miguel Domínguez, y concejales de este ayuntamiento; autoridades comarcales como el presidente de la mancomunidad, José González de Cáceres, y el diputado de la institución provincial, y alcalde de Casar de Palomero, Eduardo Béjar. Además de decenas de familiares y amigos de Anastasio Marcos Bravo.

El homenaje se celebró en el salón de la hospedería donde se proyectó un video que recogía la última entrevista que realizaron a Tío Picho poco antes de su fallecimiento. Asimismo se descubrió una placa conmemorativa en la vivienda de este emblemático personaje en la alquería de Las Mestas.

En el discurso de homenaje, el nieto del protagonista, Manuel Marcos, resaltó que este acto estaba dedicado "a todas las personas que tuvieron que pasar un serie de penalidades en una etapa muy difícil en Las Hurdes, y tuvieron que sufrir y trabajar mucho para salir adelante".

Anastasio Marcos Bravo nació en 1896 en Riomalo de Abajo y fallecía en 1988 en Las Mestas. Durante su larga vida tuvo que trabajar muy duro para sacar a su familia adelante. Primero desde muy joven, cuando se quedó huérfano a muy corta edad, y después cuando enviudó de su primera mujer y tuvo que sacar a su hijo recién nacido adelante. Este personaje se casó en segundas nupcias con María de Ladrillar y tuvo otros 16 hijos, de los que sobrevivieron 11 y "hoy quedan diez de ellos", confirmó Marcos. La gran familia Picho está compuesta por 187 miembros, muchos de ellos residen fuera de la región, pero ocho decenas de ellos estuvieron presentes en este importante festejo en honor al patriarca.

El nieto de esta figura emblemática de Las Hurdes definió a su abuelo como un trabajador incansable "de carácter emprendedor" y como una persona de bien caracterizada por "su bondad y sencillez". Anastasio fue durante su larga vida apicultor, olivarero, tabernero, panadero y comerciante de vino, tocino, miel o jamón. Durante sus últimos años, y con más de nueve décadas a sus espaldas, nunca perdió la lucidez ni la inteligencia de la que había hecho gala en sus años mozos. Fue capaz de trasmitir a sus hijos y nietos todas sus vivencias y poesías dejando una gran herencia cultural a sus descendientes. Los que tuvieron la suerte de conocerle, recuerdan como Picho contaba con cariño la visita del monarca Alfonso XIII a Las Hurdes y como le encomendó personalmente la tarea de repartir un donativo entre sus vecinos.

Manuel Marcos conmemoró a su abuelo como "una figura alargada, fina, nariz aguzada, mentón prominente y pelo blanco, que debería haber vivido para siempre".