Es llamado así por las magníficas vistas que desde este pueblo se pueden contemplar de todo el valle del Jerte. Un lugar privilegiado para hacerse una idea de la grandeza de este paraje que adquiere una belleza sublime en época de floración de la cereza.

El término de El Torno estuvo habitado desde tiempos prehistóricos; prueba de ello son los utensilios de piedra tallada como hachas o puntas de lanza que se encuentran dispersos por todo el territorio y las tumbas antropomorfas halladas en las fincas El Mojigato, Romanejo y en el Prado Camacho y que están fechadas en la Edad del Hierro. En esta época todos estos territorios dependían del castro de Los Riscos de Villavieja. La huella romana se deja ver por columnas que se han descubierto en Romanejo. En los cerros de La Butrera y los Viñazos quedan restos de un tejar árabe.

Los bravos torniegos, al mando del alimañero Tío Picote, supieron resistir exitosamente a los franceses del mariscal Soult, quien, en venganza por las continuas derrotas de sus dragones a manos de un puñado de inexpertos serranos, prendió fuego a la población, utilizando como teas el lino que se secaba en las solanas aquél trágico agosto de 1809.

LOS PRIMEROS ASENTAMIENTOS

La fundación de este pueblo se debió al asentamiento de montañeses del norte de España (vizcaínos y asturleoneses) durante la Alta Edad Media. Justifica esta hipótesis la semejanza de las costumbres y juegos torniegos con la cultura leonesa. Así como la existencia de apellidos muy parecidos: Eliza, apellido vasco, y Elizoi, apellido torniego. Unos dicen que los primeros pobladores fueron leñadores, otros afirman que se dedicaban al pastoreo y que El Torno proviene de ´hacer torno´, expresión medieval que alude al cerco del redil. En 1189 ya aparece el nombre de El Torno como una de las aldeas pertenecientes al sexmo de El Valle.

El núcleo original cuenta con calles muy interesantes, como la de Portugal y la del Barrio del Castillo, con las casas entramadas con solanas. En la iglesia de la Virgen de la Piedad, del siglo XVI, llama la atención el retablo barroco. En la sierra de El Torno se pueden encontrar más de un centenar de chozas, antiguas construcciones pastoriles de piedra.

Sus alrededores permiten disfrutar de rutas a pie ideales para senderistas por las vistas que se divisan, es el caso de la ruta que discurre por los alrededores del pueblo. Caminando por callejas con muros de piedra que cierran huertos y cerezales, el camino lleva a pasar junto a la piscina natural de Fuente Regajo, para llegar de nuevo al pueblo. Otra posibilidad es subir hacia los montes de Tras La Sierra y contemplar el valle del Jerte y el del Ambroz.