Pequeño pueblo, escondido tras la sierra de Montánchez, el municipio de Valdemorales fue conocido en la antigüedad con el nombre de Valle de los Morales, de ahí su denominación actual.

Al recordar su historia, señalar que en Villarejas se han encontrado los restos prehistóricos de hachas pulimentadas que ahora se pueden ver en el Museo Provincial de Cáceres, además de conservarse la huella que dejó el pueblo árabe en casas y bodegas de arquitectura arábiga/mudéjar.

Este hermoso valle une la penillanura cacereña con las Vegas Altas del Guadiana, por lo que es paso obligado para caminantes y peregrinos. Sus habitantes son conocidos como los corcheros , cuyo origen es muy antiguo y procede del oficio que se ha ido transmitiendo de padres a hijos.

Valdemorales tiene un castro conocido como el Castilijillo, situado a 500 metros de altitud, cuya vida transcurrió desde la Edad del Bronce al siglo XV, fecha en la que fue demolido el castillo construido encima.

Pueblo de bodegas y bellos rincones, su mayor belleza la constituye el hermoso valle sobre el que se asienta, convirtiendo cualquiera de sus parajes en improvisado lugar de aterrizaje de quienes practican el parapente arrojándose desde Cancho Blanco o la sierra de Montánchez.

PATRIMONIO

Su edificio más sobresaliente es la parroquia de san Andrés, de estilo barroco (siglo XVII) y con un retablo del XVIII. Su estructura es una nave rectangular dividida en cuatro tramos por arcos fajones sobre pilares. La sacristía se encuentra al lado de la epístola y está cubierta con bóveda de arista. La torre es de estructura cuadrada y tiene un alzado de dos cuerpos. Los dos accesos con los que cuenta el templo son adintelados. En 1977 las bóvedas y los arcos de este templo se derrumbaron, siendo totalmente reconstruidos con la colaboración del pueblo y algunos amigos y conocidos de los habitantes del lugar.

Señalar también que en el arroyo santa Ana se conservan los restos de dos viejos molinos, y que la sierra es uno de los grandes componentes identificativos del paisaje de la comarca. Se localiza primordialmente al sur del territorio comarcal y sus alineaciones corresponden a la porción centroextremeña de los montes de Toledo. De naturaleza granítica, la sierra montanchega separa las cuencas del Tajo y del Guadiana y de sus entrañas nacen el Salor y el Aljucén. Los picos más elevados del macizo serrano --Montánchez y Cancho Blanco-- superan los 900 metros y proporcionan al visitante los más ricos matices del paisaje comarcal: laderas y barrancos, donde el matorral mediterráneo alterna con bancales de olivos.