La localidad cacereña de Valverde de la Vera, que el 5 de julio de 2017 fue arrasada por una riada de piedras y barro tras la rotura de la balsa que abastecía de agua a la localidad, ha recuperado "casi" la normalidad un año después, gracias a la colaboración entre Administraciones y al apoyo vecinal.

Alrededor de las siete de la mañana de 5 de julio, este municipio cacereño se vio sorprendido por un río de lodo y agua en algunas de sus calles, con especial incidencia en la carretera EX-203 a su paso por la localidad y en la zona de la piscina municipal, que quedó completamente sepultada por la riada.

"Cuando hoy me he levantado de la cama he vuelto a recordar el miedo que pasamos aquel día, un miedo que todavía llevamos dentro porque podía haber pasado algo muy grave", ha asegurado hoy a EFE la alcaldesa del municipio, Nathalie Victoria Deprez.

La regidora ha explicado que desde aquel día y gracias al trabajo de las Administraciones regional, provincial y local y al "esfuerzo y apoyo" de los vecinos del municipio y de los pueblos cercanos se han recuperado gran parte de los daños que produjo la riada.

En este sentido, ha indicado que la valoración de daños alcanzó los 2,5 millones de euros, de tal forma que a día de hoy, el Ejecutivo extremeño ha ejecutado obras por importe de 1,7 millones, cantidad con la que se ha recuperado el cauce de los arroyos afectados y se han limpiado las fincas afectadas.

Por su parte, la Diputación de Cáceres ha culminado el arreglo del velatorio local y está a punto de concluir con la reforma y adecuación de la piscina municipal, una instalación que quedó completamente arrasada.

En cuanto al abastecimiento de agua, se ha solventado con una tubería que llega desde los depósitos de la localidad vecina de Villanueva de la Vera, si bien se trabaja ya en hacer llegar una conducción directamente desde el pantano que abastece a estos municipios.

Del arreglo de la balsa de abastecimiento que generó el caos hace un año en el pueblo Nathalie Victoria Deprez no quiere "ni oír hablar".

"De la balsa no se ha tocado nada y es mejor, porque no queremos que vuelva a entrar en funcionamiento. En esas condiciones no queremos esa balsa ahí arriba y esto es algo que nos han trasladado los propios vecinos", ha defendido la alcaldesa.

A su juicio, lo que pasó hace un año "fue un aviso y con aviso creo que tenemos suficiente", ha apuntado.

La regidora ha agradecido el apoyo que la localidad ha recibido durante este último año y ha hecho especial hincapié en la "preocupación e interés personal" mostrado por el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.

"Entre todos, vecinos incluidos, hemos trabajado duro este año para que podamos volver a la normalidad cuanto antes, algo de lo que estamos muy cerca", ha concluido.