A Vegaviana y La Moheda de Gata les separan poco más de 10 kilómetros y les une San Isidro Labrador, patrón de los agricultores, y de estos dos pueblos de colonización creados hace medio siglo.

"Son días en los que compaginamos como podemos las tareas del campo y la celebración de las fiestas", explicó Moisés Sancho, vecino de La Moheda de Gata, población que hoy sigue inmersa en sus festejos patronales con misa, procesión y actividades infantiles. Sin embargo, en Vegaviana anoche ya vivieron el fin de fiesta con el tradicional espectáculo de fuegos artificiales. "Los festejos han sido todo un éxito, especialmente la noche del sábado por la gran afluencia de público", dijo el alcalde pedáneo, Juan Caro.

En Vegaviana este año optaron por incluir algunas novedades en el programa festivo, como la organización de la I Concentración de Caballos en honor a San Isidro con concursos y pasacalles, que además incluyó una exhibición ecuestre en la plaza portátil. En este mismo enclave, y con lleno total, la localidad albergó la actuación del grupo de recortadores de Moraleja Arte Extremeño y la suelta de un toro de fuego en la tarde del domingo. "Afortunadamente hemos tenido toros del aguardiente y la tradicional suelta de toros y vaquillas y no hemos lamentado ningún incidente", se congratuló ayer Caro.

En La Moheda de Gata tampoco faltaron los multitudinarios festejos taurinos con la suelta de vaquillas al estilo tradicional por el recinto habilitado en las calles del pueblo. La anécdota de los festejos la puso un retraso de más de una hora en la suelta de las vaquillas en la tarde del domingo, al parecer, por la ausencia de la ambulancia necesaria para que puedan dar comienzo este tipo de espectáculos. "No sabemos si es que se pinchó una rueda de la ambulancia o es que hubo falta de coordinación", afirmó un aficionado. Finalmente, y después de más de sesenta minutos de espera y con ambulancia incluida, se procedió a la celebración del festejo, al que asistieron numerosos vecinos de Villasbuenas de Gata, Moraleja y Santibáñez El Alto. Ahora, y para ensalzar al patrón del pueblo, en La Moheda y Vegaviana vuelven a las tareas del campo. En mayo toca la siembra. Mientras, en una tractor cuelga una estampa de San Isidro que protege cada surco.