Los desastres medioambientales que causó el incendio del 2003 en los paisajes naturales del término municipal de Valencia de Alcántara aún son visibles a los ojos de los habitantes de la comarca. El drama fue grande, pero con el paso del tiempo las heridas medioambientales van cicatrizando.

Fundamentales en el resurgir de la zona han sido los responsables de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura, Adenex, que han conseguido en poco tiempo recuperar parte de la naturaleza perdida. Un ejemplo de la labor que desempeñan es la plantación, este fin de semana pasado, de 532 castaños y alcornoques en Sierra Fría y 215 robles y álamos en el entorno del albergue, dos de las zonas más dañadas por las llamas hace cuatro años.

Plantaciones con éxito

Son continuas las actuaciones de reforestación que Adenex realiza en las zonas más necesitadas. De hecho, en Valencia de Alcántara hace poco llevaron a cabo una plantación de la que ya se observan sus frutos. "El porcentaje de éxito de los árboles que plantamos es sorprendente, ya que por encima del 90% de los árboles salen adelante y eso es muy difícil de conseguir", comentó ayer Jesús Valiente, portavoz de la asociación.

La plantación de estos últimos 747 árboles se realizó con el trabajo conjunto de 86 voluntarios de Badajoz, Cáceres, Mérida, Almendralejo, Montijo, Puebla de la Calzada y Talavera la Real. A esta tarea se unieron voluntarios de Francia, Italia y Alemania, pertenecientes al servicio de voluntariado del programa de la Juventud de la Unión Europea. Encarnación Trinidad, coordinadora del voluntariado y participante en las tareas de reforestación, destacó el gran valor de esta labor con la que "estamos creando vida", dijo.

El proyecto, enmarcado dentro del programa Plantabosques que desarrolla la asociación, continuará en Pinofranqueado del 26 al 28 de enero.