La vereda de la Chata es, o mejor dicho, era un angosto camino de media montaña de difícil seguimiento por el fuerte desnivel y sinuoso trazado de su recorrido, que pretendía comunicar --a través de la frontera-- las localidades portuguesas de Foios, Vale de Espinho, Cuadrazais y Aldeia do Bispo con los pueblos españoles de Valverde del Fresno y Eljas.

El mencionado sendero serpenteaba por una zona muy accidentada de las sierras de La Toriña y del Picoto, accidentes orográficos de relativa altitud pertenecientes al sistema central que en dicha comarca separa ambas naciones, correspondiendo el desnivel más notable a territorio español, ya que la zona portuguesa se encuentra asentada sobre la prolongación de la meseta norte de la península y bastante más elevada que el valle del río Eljas.

Desde hace bastantes años la línea fronteriza en este lugar está ocupada --a lo largo-- por un amplio cortafuegos que puede ser transitado sin ninguna dificultad, incluso, en vehículos de motor por espacio de unos cinco kilómetros.

La razón de tan insólita vereda se debía casi exclusivamente a fines comerciales --más bien de trueque o simple cambio-- entre los citados núcleos de población de una y otra parte de la frontera. En aquellos difíciles tiempos de prohibiciones, privaciones y proteccionismo, donde la mayoría de las mercancías de primera necesidad estaban sometidas al pago de impuestos de arancel de aduanas para pasar de un país a otro, siendo además imprescindible la posesión de la correspondiente licencia de importación --o exportación, según los casos-- para poderse dedicar a este comercio, estas actividades eran en realidad altamente tentadoras, ya que en la mayoría de los casos resultaban francamente rentables.

Por lo tanto, parece razonable considerar a esta vereda como un camino expresamente utilizado para la práctica del contrabando. En aquellos tiempos de penuria, había un gran contingente de vecinos de estos pueblos que, en mayor o menor medida, se dedicaban asiduamente a este comercio ilícito, la gran mayoría para seguir malviviendo, porque, que yo sepa, no han sido muchas las personas que se han enriquecido con estas actividades. La realidad es que por la vereda de la Chata no se realizaban grandes alijos de mercancías, entre otras razones, porque el difícil itinerario a seguir no lo permitía, ya que había que hacerlo desplazándose a pie, dados los importantes desniveles a superar y lo sinuoso del camino a seguir. Serían entonces los ´mochileros´ (modalidad de contrabando en la que las mercancías son transportadas en mochilas a espaldas de sus portadores) los que habilitaron y mantuvieron estos sorprendentes senderos, que existieron en número incontable en toda la línea fronteriza. Los alijos que transportaban desde Portugal estos ´mochileros´ en la mayoría de los casos se reducían a café (de 15 a 20 kilos) y, en menos ocasiones, tabaco rubio americano (20 a 25 cartones). A Portugal se llevaba chocolate, tejidos, bacalao y poco más.

Vegetación y fuegos

Hoy en día la vereda de la Chata prácticamente ha desaparecido debido a que al quedar totalmente liberadas al tráfico las mercancías que componían este contrabando, el paso de peatones que la frecuentaba ha cesado totalmente y ha sido lentamente devorada por la vegetación, que ha cubierto gran parte de su recorrido. Los fuegos que se produjeron en estos parajes en los años 90 y las posteriores actuaciones de protección y limpieza de bosques ha sido otra de las causas de su desaparición.

En cuanto al personaje que da nombre a esta vereda, debió ser una vecina de Valverde del Fresno de mediados del siglo pasado, posiblemente de origen portugués, que se dedicaba casi a diario al transporte de mercancías a través de la frontera, tanto en un sentido como en otro, por lo que se la supone muy conocedora de estos ´andurriales´. Era muy conocida en Vale de Espinho, de donde, tal vez, fuera oriunda.

Para los senderistas y también para aquellas otras personas que deseen visitar la zona --que merece la pena conocer por los atractivos que posee-- proponemos iniciar la ruta en el comienzo de la pista forestal de la sierra de la Toriña, en el kilómetro 5,900 de la carretera CC-65, Valverde del Fresno-Navasfrías. Siguiendo esta pista, y después de recorridos 0,820 kilómetros, se llega a la fuente del Picoto, en un recodo de la misma. Más adelante, a 1,610 kms. del punto anterior, se llega al lugar donde cruza la pista la Vereda de la Chata en sentido norte-sur. No es recomendable entrar en los restos de dicha vereda, porque unos 500 metros más arriba, en dirección a Portugal, esta desaparece prácticamente entre la vegetación y, por lo tanto, su seguimiento es laborioso y difícil. Después llegamos al cruce o bifurcación de La Ventosa y, aquí, hay que tomar la pista que sale a la derecha en dirección norte. Las referencias en este punto son una caseta de carabineros del Pizarrón, en ruinas, y un camino-cortafuegos de la frontera, próximo al mojón fronterizo 670-40 y distante del inicio de la ruta unos 6,700 kilómetros.

Desde este punto se puede recorrer la línea fronteriza en ambos sentidos. Hay que tener en cuenta que en este cortafuegos, la parte portuguesa corresponde a la Reserva Natural da Serra de Malcata, protegida con diversas limitaciones. Siguiendo el repetido cortafuegos en dirección este, y después de caminados unos 4 kilómetros por un amplio y cómodo sendero, se llega a un portillo junto al mojón 670-0. Hasta aquí desde el inicio de la ruta hay 10,500 kilómetros.

En este punto, la pista se adentra en territorio portugués en dirección a Foios. Existe en este lugar una curiosa piedra, a modo de lápida, con una vieja inscripción recordando a un contrabandista luso fallecido en el lugar hace unos 70 años.

Antes, junto al mojón fronterizo 670-25, se pasa por el lugar en que cruza la frontera la Vereda de la Chata, sendero casi irreconocible en la actualidad, sobre todo en la parte que corresponde a territorio español. Desde el citado portillo se puede regresar por el mismo itinerario hasta el punto de partida, lo que supone un total de 21 kilómetros (ida y vuelta), o bien dirigirse hacia el este por un sendero poco marcado y, por lo tanto, difícil de seguir, que pasa junto a la casa de Telefín, en ruinas, y sigue hasta el puerto de Navasfrías en la divisoria de las provincias de Cáceres y Salamanca donde finaliza, completando un total de 13,800 kms. aproximadamente.

Este recorrido también se puede realizar en sentido contrario, esto es, iniciándolo en el puerto de Navasfrías, por un sendero poco visible que se dirige hacia el oeste hasta la casa de Telefin y posteriormente enlaza con el cortafuegos fronterizo junto al mojón 670-0, siguiendo el itinerario descrito más arriba en sentido contrario, con 14 kilómetros.

También se puede visitar la zona accediendo desde Portugal, que presenta un menor desnivel y tiene el aliciente de caminar a través de la Reserva Natural da Serra de Malcata de frondosos bosques de coníferas, pero el mejor itinerario es la pista forestal que partiendo de Foios se dirige hasta el mojón 670-0, siguiendo por la divisoria fronteriza unos 4 kilómetros hasta el mojón 670-40, donde se toma un sendero a la derecha que lleva a Vale de Espinho, con una distancia de 12 kilómetros. La ruta también se puede hacer en un todoterreno.