El alcalde de Trujillo, José Antonio Redondo, ha sido juzgado por supuestos delitos de desobediencia a la autoridad y contra la seguridad del tráfico, al conducir bajo los efectos de bebidas alcohólicas. En la vista, celebrada en el Juzgado de lo Penal de Cáceres, la Fiscalía ha acusado a Redondo de estos delitos y ha decidido, después de escucharle y de evaluar las pruebas periciales relativas al análisis de alcoholemia al que fue sometido, modificar y aumentar las penas solicitadas en un primer momento. En concreto, ha pedido una multa de 20 euros diarios durante seis meses, la retirada del permiso de conducir durante un periodo de dos años y un día, y la realización de trabajos en beneficio de la comunidad durante 60 días, o seis meses de prisión si decidiera no cumplir esta última medida, según informa la agencia Efe. A este respecto, el alcalde, a preguntas del juez de la sala, ha respondido que en el "hipotético caso" de que fuera considerado culpable de los delitos que se imputan, sí estaría dispuesto a realizar los trabajos comunitarios. La Fiscalía también ha solicitado seis meses de inhabilitación para ocupar cargo público por el delito de desobediencia a la autoridad. Además ha considerado "increíble" que el encausado justifique su negativa a parar el vehículo que conducía el día de autos, cuando una pareja de la Guardia Civil así se lo pidió, porque pensaba que querían saludarle por ser el alcalde de Trujillo. En el informe elaborado por los miembros de la Benemérita se señala que el hecho ocurrió en la travesía de la carretera Plasencia-Zorita (EX-208), y que tanto los agentes como otros testigos presentes han afirmado que José Antonio Redondo, después de darle el alto, se encontraba bajo los efectos del alcohol, con 0,79 miligramos de alcohol por litro de aire espirado en el primer test. En cuanto a los argumentos esgrimidos por la defensa relativos a que los síntomas que presentaba el alcalde estaban motivados por la medicación que sigue a diario en su condición de hipotenso, el ministerio público ha asegurado, después de escuchar el testimonio de una médico forense, que no estaban relacionados. Por su parte, el abogado defensor ha declarado que los agentes que practicaron las diligencias no hacen mención en ningún momento a que Redondo circulara de forma anómala, aunque éste ha reconocido que sí hablaba por el móvil. También ha incidido en que el encausado conducía el vehículo propiedad del Ayuntamiento de Trujillo "en casco urbano", por lo que a su juicio "desaparece la presunción de veracidad de los agentes, al no ser éste de su competencia, sino de la Policía Local", motivo por el que ha solicitado una sentencia favorable.