Fueron gotas de lluvia puntuales y ya entrada la noche, nada que impidiera que los cuatro desfiles de la jornada salieran a la calle, y el público respondió en uno de los días grandes de la Semana Santa abarrotando el paso de las comitivas de la Sagrada Cena, el Amor, la Vera Cruz y el Humilladero. El paso más grande (la Sagrada Cena, con sus 2.000 kilos y un centenar de hermanos portando las andas); una de las procesiones más antiguas documentadas de la ciudad (la de la Vera Cruz); tallas centenarias como la Virgen de la Caridad (XVII), las imágenes de la Oración en el Huerto (1898), el Cristo de la Salud y la Expiración (XVI), el Señor de la Columna (1655) o el Cristo del Humilladero (XIV) y un total de catorce pasos conformaron una espléndida jornada de Jueves Santo.

«Hemos tenido una jornada fantástica, la tarde se está complicandio más», apuntaba tras su desfile el mayordomo de la Sagrada Cena, Serafín Martín Nieto. En la Sagrada Cena sabían que el sol les acompañaría; pero a los hermanos de la Vera Cruz, el Amor y el Humilladero les tocó mirar todo el día al cielo (y a distintas aplicaciones de los teléfonos móviles) para verificar si algún chaparrón se cruzaría en sus planes o si la climatología sería benévola y les permitiría lucirse. Tanto la Vera Cruz como el Humilladero tenían previsto un plan B (celebrando un acto en el templo o acortando el recorrido, en función de si les sorprendía antes o durante el desfile) por si la lluvia decidía hacer acto de presencia (el Amor no contemplaba ningún acto en el interior porque las dimensiones de la capilla no lo harían posible. No fue necesario finalmente, aunque sí que cayeron algunas gotas a la Vera Cruz, ya en el regreso.

A las once de la mañana el monumental paso de la Sagrada Cena salía del templo de Santiago para iniciar sus cuatro horas de desfile por el centro. El conjunto salido de los talleres de Antonio J. Dubé Luque entre 1995 y 2009, presentaba este año dos novedades en la talla del Señor de la Eucaristía. Por un lado, el capelín en terciopelo azul marino que lució por primera vez, y por otro lado, el cáliz que esta vez sujetaba entre sus mano en lugar del pan que en otras ocasiones lleva y que ayer reposaba sobre la mesa. Tras el paso titular, engalanado con gerberas, tulipanes, statices, flores de cera espigas y helechos en los que predominaban los tonos salmón, iba la imagen del Triunfo de la Eucaristía, que sale desde el 2013 y portan siempre los más jóvenes de la cofradía. Cerrando la comitiva, la imagen de la Virgen del Sagrario, este año con nuevas piezas de encaje de tul bordado en el pecho y en las puñetas y con una decoración floral a base de rosas tagazzi, cymbidium verde, rosas de pitiminí, helecho, esparraguera y flor de algodón (que no se ha usado nunca en un desfile en Cáceres).

EL AMOR y la vera cruz/ Por la tarde el centro se llenó de nuevo con otros dos desfiles. El primero en salir fue el de la cofradía del Amor (de la capilla del colegio San José), que estrenaba este año el conjunto completo de candelería para la Virgen de la Caridad, integrado por 34 candelabros de plata de ley. La imagen es una talla del siglo XVII que desfila desde 1994 con el Amor, después de que el Obispado de Coria-Cáceres la cedirea a la Hermandad procedente de Santiago del Campo, donde estaba en una capilla secundaria después de que llegara al pueblo para suplir la imagen de la patrona que había resultado dañada. «Restauraron a la patrona y la tenían arrinconada en la iglesia, así que pedimos al obispado que nos la cediera», recordaba ayer el mayordomo de la cofradía, Ángel Manuel Rojo. Ayer iba engalanada además con rosas, orquídeas y fresias entre otras flores, predominando los tonos salmón.

En cuanto al Cristo del Amor, el primero de los pasos del desfile, también estrenó dos jarrones de plata y lució después de muchos años el monte de claveles en color nazareno y centros con alelíes, tulipanes y calas. En el centro de la comitiva, el crucifijo que en la cofradía llaman «el paso de los niños», decorado con iris de color azul.

Y mientras el Amor recorría los primeros tramos de su desfile, una abarrotada plaza de San Mateo recibía a los cinco pasos que integran el desfile de Jueves Santo de la cofradía de la Vera Cruz, considerada como una de las procesiones más antiguas documentadas en Cáceres y reconocida por la austeridad de sus pasos y por la belleza de sus imágenes.

«Desde aquí, al final no vamos a ver nada», se quejaba una de las mujeres que esperaban la salida de las imágenes. La principal novedad de este año es que su desfile incluía la Cruz de Lampedusa (construida con los restos de una barcaza de inmigrantes que naufragó en la costa de la isla italiana y convertida por el Papa Francisco en símbolo del drama de la inmigración). Ocupó un lugar destacado en el desfile delante de la Dolorosa de la Cruz y salió del templo de San Mateo portada por jóvenes de la cofradía de la Vera Cruz, aunque después la llevaron también hermanos de otras cofradías convocadas para que pudieran portarla «como signo de unidad».

La saeta de Felisa desde un balcón recibió a la Oración en el Huerto a la salida del templo, que enfiló poco después la calle Ancha seguida por el conjunto del Beso de Judas y la imagen de La Flagelación, ornamentados principalmente a base de claveles y brezo del campo.

aniversario del humilladero/ El último desfile de la jornada fue el de la cofradía del Humilladero, con una novedad destacada en el año de su 525 aniversario. Por primera vez en diez años la imagen de la Virgen María Corredentora salió desde el interior de la iglesia del Espíritu Santo y no desde los soportales como venía haciendo ahora, según explicaron desde la directiva. La razón está en las andas que estrenó ayer la imagen, en plata repujada, que se han reducido para permitir que el paso de la Virgen pueda atravesar la puerta de la iglesia. La imagen lució además en el fajín, una placa de la Policía Local regalada con motivo del aniversario.

El Señor de la Columna salió con cuatro hachones de cera en morado, y rosas, claveles, iris y statices en tonos en rojos y morados, similar a la ornamentación que se dedicó al Cristo del Humilladero. En cuanto a la Virgen, astromelias, rosas, statices y claveles en tonos rosas y blancos integraban la decoración.

La procesión comenzó a las 22.00 horas y tenía previsto recogerse pasada la media noche, aunque se contemplaba acortar el recorrido si era necesario por la lluvia.

Al cierre de esta edición la procesión del Humilladero, la única de ayer que no pisa el centro de la ciudad (no sale tradicionalmente de las calles del barrio) avanzaba en su recorrido. Ya entrada la madrugada, tenían prevista su salida la hermandad de Jesús Condenado y los diez pasos de la Madrugada.