El Domingo de Ramos inundó ayer la capital cacereña. Sin la amenaza de lluvia y con una salida procesional más de las ya habituales, la jornada se abrió paso con un cielo claro y despejado en San Juan y desbordó las zonas de confluencia de las cuatro cofradías que desfilaron ayer hasta última hora de la noche. Tras un sábado de Pasión que vio llegar al centro al cristo de la Victoria desde la Mejostilla, la cofradía de los Ramos tomó ayer el relevo en una de las salidas más esperadas por los cacereños cada año.

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La Burrina abandonó San Juan arropada por hileras de fieles que se congregaban en la plaza olivo en mano y un cortejo extenso de jóvenes, uno de los más multitudinarios de la pasión cacereña. El sacerdote bendijo las palmas y la comitiva emprendió el recorrido habitual por las calles de la zona monumental. Mientras se recogía el paso titular de los Ramos, el Beato Spínola protagonizaba la segunda salida de la jornada. Cabe destacar que la cofradía, que acumula la particularidad de cargar a costal y no a hombros, retrasó su jornada de salida un día y adelantó su horario con el único propósito de recorrer las mismas calles del centro que el resto de hermandades. Hasta ahora, su itinerario se reducía a las zonas aledañas del Vivero, barrio en el que se encuentra su sede, pero ayer se encargó de romper su tradición y alcanzó la plaza Mayor -y regresó a la parroquia de la barriada- en uno de los recorridos más ambiciosos de la Pasión cacereña. Partió en el horario previsto de la iglesia y sin mayor contratiempo rozó la ciudad monumental a alrededor de las 19.00 horas, casi tres horas después de su salida. Como dato curioso, los cofrades repartieron caramelos, al estilo de las cofradías andaluzas. A las 22.00 horas, regresaban por la avenida Ruta de la Plata con el agradecimiento unánime por su arrojo y un recorrido de más de seis horas a las espaldas. Con la incorporación de esta hermandad, fueron cuatro las que desfilaron por las calles cacereñas y todas vivieron su momento más multitudinario en la plaza Mayor. Sin incidencias en el clima, aunque expectantes, el Nazareno y el Amor se sumaron al cortejo de la tarde y lucieron sus pasos titulares.

La cofradía decana de la Semana Santa cacereña desfiló ayer sin cambios ni en recorrido ni en horario, pero con novedades en el paso de Nuestra Señora de la Misericordia, con un manto de terciopelo y oro y un acompañamiento floral de rosas blancas. Por su parte, el cristo del Calvario portaba flores malvas sobre brezo y el Cristo de los Milagros, claveles blancos. La comitiva abandonó Santiago a media tarde en una emotiva salida rodeada de feligreses con dos turnos de hermanos de carga en el señor camino del Calvario y dos turnos con la Misericordia, de alrededor de sesenta hermanos cada uno y hasta tres turnos en el caso del Cristo de los Milagros, una talla del siglo XVI.

La cofradía del Amor tampoco asumió cambios e incorporó a su comitiva un estandarte de la cofradía hermana del Humilladero, con motivo 525 años de su fundación. El Cristo de las Penas procesionó con sobriedad cuidada en los colores del arreglo floral, este año, en tonos verdes y rojos.

Hoy lunes, la cofradía de las Batallas y la Salud procesionan con sus imágenes titulares. La Salud sale a la calle hoy inmersa en los preparativos para celebrar en 2019 diez años desde la salida del Señor de la Salud. Ese mismo año está previsto que salga su imagen mariana, María Santísima de la Estrella, bendecida en 2014. Según puso de manifiesto la hermandad, durante este año se completará la primera fase del paso y ha comenzado la captación de hermanos para un segundo paso, tanto costaleros como capuchones. El paso de la ‘Injusta Sentencia’ sumará también dentro de dos años otra imagen junto al Señor de la Salud, Pilatos, Claudia Prócula, el centurión y el sanedrita.

Por su parte, las Batallas decide ajustar su recorrido al igual que la Victoria. El propósito es racionalizar el esfuerzo de los hermanos. Saldrán el Cristo de las Batallas (1953), Cristo del Refugio (1780) y María Santísima de los Dolores (siglo XVIII) de Santa María. Otra de las novedades que acumula es que el grupo de tambores que nació el año pasado se ampliará en esta edición.