No pudo ser. El tradicional vía crucis del Santísimo Cristo de la O no pudo celebrarse en el anfiteatro romano por las inclemencias meteorológicas. Las intensas precipitaciones que cayeron en la capital extremeña durante las horas previas a la madrugada del Viernes al Sábado Santo obligaron a tomar la decisión de cambiar la ubicación y celebrar este acto de fe en el interior de la concatedral de Santa María, templo que acoge la imagen del santísimo Cristo de la O, titular de la Junta de Cofradías de Mérida. Las condiciones en las que había quedado el monumento tras la tromba de agua no eran las más favorables para desarrollar un evento tan multitudinario, que por primera vez en su historia no se ha podido celebrar en el anfiteatro.

La imponente talla anónima del siglo XIV no pudo así cumplir con la tradición de recorrer las calles de la ciudad desde la concatedral de Santa María al anfiteatro arropado por la multitud en un caminar acompasado al redoble de tambores sordos. La lluvia impidió disfrutar de uno de los momentos más importantes de la Semana Santa emeritense, un encuentro de oración comunitaria junto al Cristo de la O.

El mal tiempo no permitió a la Cofradía del Calvario realizar su estación de penitencia como debiera. Las previsiones meteorológicas obligaron a posponer media hora la salida y la cofradía optó por realizar la mitad del itinerario, esto es, con la idea de llegar hasta a la concatedral porque daba lluvia y así fue. Los pasos del Santísimo Cristo del Calvario Yacente y de la Santísima Virgen de los Dolores se resguardaron en el interior de la concatedral al comenzar a caer agua con intensidad. Por la mañana, la lluvia también jugó una mala pasada a la Ferroviaria. Los pasos de la Santísima Virgen de las Angustias y Nuestra Señora de la Esperanza tuvieron que regresar a los pocos metros de iniciar su recorrido procesional desde Santa Eulalia porque comenzó a llover.